Lo increíble puede ser cierto. Hace diez años Alcides Moreno debía morir según todos los razonamientos, pero este ecuatoriano ha cumplido 46 años, está vivo y disfruta de paseos con su mujer y sus hijos.
Hace casi diez años, el 7 de diciembre de 2007, un día helado, se hallaba con su hermano Edgard en un andamio limpiando las ventanas del piso 47 de un rascacielos de Manhattan. La estructura cedió y se precipitaron al vacío. Edgard murió, pero él sobrevivió a una caída de 150 metros.
Tres semanas después despertó en el hospital, fue sometido a 16 operaciones, lleva prótesis por todo el cuerpo, pero es capaz de andar. La empresa del andamio fue condenada a pagarle 13 millones de dólares, pero dice: «Devolvería cada centavo si pudiera recuperar a mi hermano».
Es una pequeña historia humana que se abre paso entre las muchas noticias que se sobreponen unas a otras cada día.