Salud, cáncer y Covid

Ha sido un año difícil, lleno de incertidumbres, pero que nos ha permitido un crecimiento profesional y humano exponencial

07 julio 2021 08:20 | Actualizado a 07 julio 2021 08:27
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La salud es uno de los bienes más preciados. Sin salud, pocas metas y pocos propósitos podemos plantearnos y menos aún alcanzar.

Desde que la OMS declaró la pandemia Covid-19 el 11 de marzo de 2020, todos los profesionales sanitarios nos hemos volcado en ayudar a los pacientes, familias, profesionales, instituciones, y sociedad en general, con una gran dedicación, empatía y dignidad. La pandemia ha sido como un tsunami que nos ha golpeado con fuerza y que ha supuesto un antes y un después en nuestras vidas. Ha dejado patente la fragilidad y vulnerabilidad del ser humano, y que la sanidad se debe proteger y fomentar sin límites.

Ha sido un año difícil, lleno de incertidumbres, pero que nos ha permitido un crecimiento profesional y humano exponencial, con gran apoyo por parte de los pacientes, familias, sociedad... No hemos estado solos, a pesar de que quizás las instituciones no hayan estado a la altura de las circunstancias en muchas ocasiones.

Las especialidades que nos ocupamos del tratamiento del cáncer hemos estado pendientes de las repercusiones que podría tener la infección de la Covid-19 en nuestros pacientes. Les hemos seguido atendiendo, así como también hemos seguido investigando, para que la atención oncológica no se pudiera ver afectada en ninguna de sus esferas ni dimensiones.

La incidencia del cáncer aumenta con la edad, como lo hace el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Ambas enfermedades son las más prevalentes en nuestra sociedad y comparten factores de riesgo: la edad, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la dislipemia, el hábito tabáquico, la obesidad, o el sedentarismo, entre otros. Estas enfermedades también aumentan el riesgo de complicaciones por la Covid-19.

Es por ello que, ante estas premisas, tuvimos claro que debíamos reducir en lo necesario las visitas de los pacientes oncológicos al hospital y proseguir los tratamientos minimizando el riesgo de contagio. Se han establecido protocolos y guías clínicas. Los pacientes y sus familias han respondido de una manera ejemplar, permitiendo dar continuidad a toda la atención oncológica, retrasando los mínimos tratamientos y reduciendo el riesgo de infección en estos pacientes. Como decíamos en el servicio: los pacientes oncológicos se encerraron en casa, literalmente hablando. También algunos oncólogos han dado soporte y ayudado a los servicios médicos que han estado en la primera línea de la pandemia.

Por otro lado, nos preocupa el retraso que se ha producido en el diagnóstico porque en muchos casos este retraso supone una menor posibilidad de curación del cáncer. Se ha constatado una disminución en el diagnóstico de cáncer si se compara con el mismo periodo que el año previo, retraso en algunas cirugías y en pruebas diagnósticas, así como en tratamientos radicales. Todos los tumores han disminuido su incidencia si se compara con los años previos, excepto el cáncer de pulmón, que se ha visto incrementado, probablemente por haber realizado más radiografías de tórax para el diagnóstico de la Covid-19. También en el seguimiento de los pacientes oncológicos nos preocupa que se pueda producir un retraso en el diagnóstico de la recidiva o de metástasis. Retraso que puede deberse a no acudir al médico ante síntomas, que estos pueden confundirse con otras enfermedades, o bien por el retraso en las pruebas diagnósticas.

En el caso de mi especialidad, la oncología radioterápica, y en nuestra provincia, hemos tratado a todos los pacientes con cáncer y también a los que presentaron la infección por Covid-19, preocupándonos por el impacto de la pandemia en la sanidad en general, pero especialmente en el paciente oncológico. Los diez servicios públicos de Oncología Radioterápica de Catalunya que tratamos pacientes con cáncer con radioterapia estamos realizando un estudio para conocer el impacto de los tratamientos radioterápicos en los pacientes con cáncer. La radioterapia en algunos pacientes ha sido una alternativa de tratamiento. La radioterapia se indica en un 60% de los pacientes con cáncer y cura alrededor del 50% de los mismos. Es importante saber qué impacto futuro puede tener el retraso del tratamiento con radioterapia o no haberlo recibido.

Los profesionales de la provincia de Tarragona implicados en la atención al paciente oncológico nos hemos volcado para que su atención no se viese afectada en ninguna de las fases de su enfermedad.

Por otro lado, estamos asistiendo a un cambio sin precedentes en el paradigma de la relación médico-paciente, se están implantando de una manera vertiginosa la atención telemática, telefónica o por videoconferencia. La mascarilla y la distancia social limitan este contacto, este apretón de manos y esta sonrisa, por ello debemos reforzar otros sentidos para mostrar la empatía, como la mirada, la escucha atenta, los gestos, nuestro objetivo es resolver el problema del paciente, es el arte de la medicina. Esta situación, al menos en mi Servicio, lejos de enfriar la relación médico-paciente, ha reforzado la empatía de los profesionales que tratamos a los pacientes oncológicos. Intentamos que en la consulta pueda entrar un familiar, sobre todo en casos especiales y situaciones vulnerables, en las que debemos dar una nueva información, o en pacientes de edad avanzada.

Atender a pacientes oncológicos es ofrecerles el mejor tratamiento científicamente demostrado, pero es también atenderlos con humanidad. El diagnóstico de un cáncer y todo el proceso de tratamiento comporta un torrente de emociones desde la tristeza, el miedo, la incertidumbre, la ansiedad, la rabia, la preocupación, como me dijo en una ocasión una paciente: «Vivo con la espada de Damocles». Por ello es importante ofrecerles este trato dual, científico y humano.

Uno de los aspectos muy positivos que ha comportado la pandemia es poder compartir de manera universal la investigación. Ello permite a los profesionales disponer de una actualización científica constante de artículos científicos internacionales sobre la Covid-19 en pacientes oncológicos.

También queremos agradecer a la sociedad el cariño recibido, han sido numerosas las muestras de solidaridad, de los pacientes, de las familias, de las asociaciones oncológicas y de empresas que se han volcado para darnos equipos de protección individual.

El ser humano es vulnerable, pero también es fuerte, como ha demostrado en esta situación excepcional y sin precedentes. La enfermedad golpeó con fuerza, pero fuimos capaces de responder con valentía y rapidez, como se ha demostrado con los avances científicos sin precedentes.

La salud es uno de los bienes más preciados y es responsabilidad de todos preservarla.

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