La película ‘El pianista’, de Polanski, retrataba la vida de un músico que trabajaba en la radio, y que fue atrapado, como judío polaco, en los avatares de la II Guerra Mundial.
Pere Godall, nuestro pianista, también ligado a la radio, se vio inmerso en la Guerra Civil como tanta gente pacífica de su generación. A los 17 años fue llevado al matadero de la Batalla del Ebro y sobrevivió, cruzando tres veces el río sin saber nadar y viendo como morían compañeros a su lado por los bombardeos.
Con él estuve en la mítica cota 705 de Pàndols, donde levantó un monumento a la reconciliación. Incluso me propuse escribir su vida, de lo que desistí cuando lo hizo con excelencia su nieta Fàtima con ‘Una vida per recordar’, que le muestra tal cual era, amigo de sus amigos, sencillo, héroe a su pesar. Un gran tarraconense se nos ha ido, lúcido y afable, a los 96 años, después de una vida ejemplar.