No he perdido el tiempo leyendo el libro Dejemos de perder el tiempo, de Ignacio Buqueras y Jorge Cagigas. Junto a la batalla para optimizar los horarios, que nuestro reusense en Madrid lleva a cabo, contiene observaciones muy interesantes.
Una es la relación distinta que tenemos con el factor tiempo los europeos y africanos. Nosotros somos esclavos de él, y ellos, dueños. Kapuscinnski anotó que en África si uno va a una cita y no hay nadie, no pregunta: ¿A qué hora es la reunión? La respuesta se sabe de antemano: cuando acuda la gente.
Los autores critican la ‘reunionitis’, pérdida de tiempo basada en convocar reuniones sin objetivo claro, sin preparación previa y sin fijar la duración.
Y la impuntualidad, que algunos tienen por virtud: «Esperemos 15 minutos de cortesía…». Cuentan que los estudios de la Fox despidieron a Marilyn Monroe por sus tardanzas en acudir a los rodajes.