«A por la tercera», decían algunas pancartas en las pocas manifestaciones que ayer reclamaron una nueva República.
España ha tenido dos: la primera, proclamada en febrero de 1873, duró un año y tuvo cuatro presidentes: Figueras, Pi i Margall, Salmerón y Castelar. Pérez Galdós, acreditado en los bancos de la prensa del Congreso, dejó escrito: «Me entretenía el espectáculo de confusión indescriptible».
La segunda duró cinco años (si no se cuentan los tres de la guerra) y sabemos cómo acabó. El hecho de que fuera Franco quien se la cargó no quita que el balance histórico que se ha hecho de ella sea de claroscuros evidentes. Junto a aciertos indiscutibles de modernización, hubo graves fallos de convivencia. La guerra no estalló solo por el capricho de un general.
Ayer era el 85 aniversario de la II República. La actual democracia permite que pueda reivindicarse una tercera.