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El ‘paso adelante’ de Austria

La extrema derecha gana las elecciones en Austria por primera vez
desde la Segunda Guerra Mundial con el discurso del miedo y apelando
al patriotismo austríaco

03 octubre 2024 20:08 | Actualizado a 04 octubre 2024 07:00
Javier Luque
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La extrema derecha ha ganado las elecciones generales en Austria con un discurso contra la inmigración, antieuropeista y defendiendo teorías de la conspiración. Sin embargo, con el 28,8% de los votos (un 12% más que en los anteriores comicios), el partido ultraderechista debe buscar apoyos en las otras formaciones políticas si quiere gobernar. Esta Mirada desde Viena busca entender, primero, el por qué de la victoria de un partido político fundado en 1956 por exnazis y, segundo, cuál es el nuevo panorama político que se abre en el país centroeuropeo.

En clave de política interna, se alude al desgaste del actual gobierno como uno de los principales factores detrás de este vuelco electoral. El ÖVP (el partido conservador, el equivalente al Partido Popular en España) formó un gobierno de coalición con los Verdes (partido progresista y ecologista) en 2019. Desde entonces, el gobierno de Karl Nehammer (ÖVP) tuvo que lidiar con la pandemia del coronavirus y la guerra de Ucrania.

El poder adquisitivo de los austriacos se ha visto mermado desde 2022

De hecho, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania asestó un golpe muy duro a la economía de Austria ya que su dependencia del gas ruso ha derivado en un incremento significativo del precio de la energía, de la bolsa de la compra y de los servicios. Es decir, el poder adquisitivo de los austriacos se ha visto mermado desde 2022, cuando la inflación se situó en el 8,6%, tres veces superior al año anterior. Sin embargo, los últimos datos ofrecidos por el Statistik Austria (Instituto de Estadística de Austria) apunta a una inflación del 1,8% en septiembre, bajando a niveles de febrero de 2021, un año antes de que empezara la guerra.

A pesar de la modesta recuperación económica que se prevé para este 2024 (un crecimiento del 0,3%), la extrema derecha ha ido consolidándose en Austria desde la pandemia, donde encontró un campo fértil para que su retórica populista se propagase rápidamente en redes sociales con discursos que apelaban al patriotismo y esgrimiendo teorías conspiranoicas para erosionar la imagen de las instituciones europeas.

Unos discursos que se han normalizado gracias al empuje de la extrema derecha en otros países europeos y a la impunidad con la que gobiernos iliberales, como el de Víktor Órban en Hungría, operan en Europa. De hecho, Órban, uno de los espejos en los Herbert Kickl se mira, felicitó efusivamente al FPÖ en X (antiguo Twitter) con el mensaje: «Otra gran victoria para los patriotas».

La extrema derecha se ha consolidado en Austria desde la pandemia

De todas maneras, no pensemos en Herbert Kickl como un líder carismático. Sólo el 2% de los votantes de la formación de ultraderecha basó su voto en la figura de Kickl. La gran mayoría, el 45%, lo hizo por los postulados que el partido defiende. Con el eslógan electoral «Es beginnt mit dir. Mutig neues wagen» («Todo empieza contigo. Da un paso adelante» o «atrévete a explorar lo nuevo con valentía»), el FPÖ ha conseguido perforar viejos bastiones socialistas como Innsbruck, Graz o Linz, entre otros, tiñendo de azul (color de la ultraderecha) el mapa electoral del país.

Y, ahora ¿Qué? Pues existen tres escenarios. Por un lado, el FPÖ necesita los 51 escaños del ÖVP para formar un gobierno sólido. El único escollo es que Nehammer (ÖVP) ha insistido en que él no hará canciller a Kickl. Mientras tanto, el líder de la ultraderecha ha asegurado que espera liderar el gobierno para ‘servir y proteger’ a los austriacos. Una segunda posibilidad es la que dibuja una gran coalición entre conservadores, socialistas (SPÖ) y neoliberales (NEOS). De hecho, la coalición entre los conservadores y los socialistas fue una constante desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta los años sesenta.

Existe una tercera vía para algunos analistas políticos, y es la de dejar que Kickl asuma la cancillería y así poner de relieve su incapacidad para gobernar. Los últimos dos gobiernos en los que el FPÖ ha participado se han hundido por sí mismo debido a varios escándalos políticos. Es un riesgo muy grande, aseguran los expertos, pero podría ser una medida preventiva para impedir que la extrema derecha arrasase en las próximas elecciones ante el deterioro de un posible triunvirato formado por socialistas, conservadores y neoliberales. Por el momento, Herbert Kickl ya ha abierto la ronda de negociaciones y, como es natural, ha sido la del conservador Karl Nehammer la primera puerta a la que ha llamado. Veremos si le abre.

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