Imagino que las personas que la crearon en su día estaban guiadas por la buena fe y que tenían depositada una fe inmensa en que se convirtiera en una herramienta eficaz para evitar conflictos como el que propició su nacimiento, la Segunda Guerra Mundial, pero hoy tenemos que decir sin paliativos que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se ha convertido en el paladín de las instituciones inservibles. Probablemente tenga mucho que ver el hecho de que se gestó otorgando a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad –Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña, los ganadores de aquella guerra– la opción del veto para bloquear cualquier decisión que se tome en el máximo órgano de la organización. ¿Qué poder va a tener, pues, para sancionar a Rusia por la invasión de Ucrania si el lobo está al cuidado del rebaño? No, lamentablemente, la ONU no ha servido para detener las guerras ni las atrocidades cometidas en los conflictos que salpican el mundo. Sí, porque, aunque nuestra atención esté centrada en el este de Europa, persisten enfrentamientos crueles en Afganistán, Burkina Faso, Etiopía, Israel y los Territorios Palestinos Ocupados, Libia, Birmania (Myanmar), Yemen… y prácticamente en todos ellos los combatientes violaron el derecho internacional y humanitario. Y todo, ante la «vergonzosa inacción y la parálisis continuada de los organismos multilaterales» –como dice Amnistía Internacional–. No, la ONU no es un organismo útil. Lástima.
La inacción de la ONU
20 abril 2022 05:50 |
Actualizado a 20 abril 2022 05:54
Se lee en
minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este
enlace.
Comparte en:
Temas:
Comentarios