En un relato Giovanni Papini presenta a un científico que propone crear una cátedra universitaria única en el mundo, que denomina Ignorática.
Su idea es que las universidades tienen múltiples cátedras, en las que se enseña lo que se sabe de cada materia, pero ninguna destinada a enseñar lo que se ignora.
Propone que se haga un índice de lo que no se sabe en física, química, medicina, biología, etc. Pone el ejemplo de la astronomía: no se sabe a ciencia cierta cómo nació el universo, su estructura, dimensiones, el número de estrellas y planetas…
Hace unos días la NASA anunció haber descubierto siete planetas. El problema es que para llegar a ellos, en vez de tardar cuatro días –que fue lo que tardaron Armstrong y compañeros en su viaje a la Luna- se tardaría 400.000 años.
Ocupados como estamos en el Caso Palau, he querido elevar la mirada y rendir homenaje a la ciencia… y a sus límites.