El teléfono móvil de Aleix García (Ulldecona, 1997) vibraba sin parar, el pasado viernes, tras conocerse su convocatoria por la selección española para los partidos contra Chipre y Georgia de la fase de clasificación para la Eurocopa de 2024. «He llamado a mi familia y todos mis amigos me están felicitando. Estoy muy contento», aseguraba el centrocampista del Girona, sorprendente líder de Primera División después de trece jornadas ya. «Sé que el equipo está haciendo las cosas muy bien y que alguien podía tener este premio, pero no me imaginaba que sería yo».
El ebrense es el primer jugador de la historia del club gerundense que es llamado por el combinado nacional. «Se ha ganado estar aquí. Tiene una calidad fuera de toda duda y creo que está en uno de sus mejores momentos», dice el seleccionador Luis de la Fuente.
A Aleix García nadie le ha regalado nada. Tras formarse en el Villarreal, con el que debutó en Primera, fichó por el Manchester City e inició un periplo de cesiones en el Girona, el Royal Excel Mouscron belga, el Dinamo de Bucarest y el Eibar antes de asentarse y derribar la puerta en Girona hace dos temporadas. El fútbol ha hecho justicia con él.