Hace poco José Mujica fue operado para colocarle un ‘sten’ en el esófago en una intervención relacionada con su cáncer. A sus casi 90 años de edad su vida es de película: fue guerrillero de los Tupamaros, resultó herido por balas y perdió sangre siendo salvado in extremis. Fue encarcelado durante 13 años, y luego llegó a presidente de Uruguay de 2010 a 2015.
No hubo presidente más austero en el mundo. Entregaba el 90% de su sueldo a entidades benéficas y vivió en una modesta casa sin ningún lujo. Forma parte de su filosofía de vida contraria a trabajar cada vez más para gastar cada vez más. «Soy libre porque me escapo de las necesidades», dice.
Su batalla contra el consumismo la tiene perdida, pero no la que libra con su conciencia.