Pedro Almodóvar logró el lunes, en el Festival de Venecia, 17 minutos de aplausos tras la exhibición de su película La habitación de al lado.
El récord mundial de palmoteo rítmico de aprobación (que esto es el aplauso), lo obtuvo Plácido Domingo en la Ópera Estatal de Viena por su interpretación de Otelo: 1 hora y 20 minutos. Salió a saludar 101 veces.
En ocasiones la duración de los aplausos tuvo otros alicientes. Solzhenitzyn en Archipiélado Gulag cuenta que en 1937, en una asamblea de Moscú, el secretario local pidió un aplauso para el camarada Stalin. Los asistentes se pusieron en pie y aplaudieron... hasta que en el minuto 11, el director de una fábrica se sentó, gesto que fue rápidamente imitado. Aquella misma noche fue detenido y llevado al Gulag.
