El punto Nemo

Este es el lugar más indicado para no toparse con nadie. El sitio perfecto para colocar los monstruos marinos que jalonaban los mapas antiguos. El centro de una circunferencia de 16.900 kilómetros sin un solo metro de tierra emergida. Un sitio ajeno por completo a las guías de viaje, a la presencia humana, a casi todo. La pesadilla de cualquier náufrago. El anti-destino... El lugar a donde van a parar los satélites en fin de vida, la chatarra espacial. Todo va a parar ahí, porque en el Punto Nemo no hay nadie. Para comprender la lejanía, otro dato: la persona más cercana son los astronautas de la Estación Espacial Internacional que orbitan la Tierra. El punto Nemo es la desolación desde nuestro punto de vista, pero debe ser el paraíso para miles de especies, de cetáceos, de peces, de algas, de krill. Pensar que hay animales marinos que no habrán visto jamás a una persona. Quizás algún barco perdido, o quizás no y por ahí circulan todos los submarinos nucleares. Como el del Capitán Nemo de Jules Verne. Perdidos en el Pacífico Sur. Decía Italo Calvino que la forma de las cosas se distingue mejor desde la distancia. Desde el Punto Nemo me pregunto cómo se verán nuestros sueños.