Salou ha aprovechado estos días, días de balances por excelencia, para hacer repaso de los datos de 2023 a nivel turístico. Las cifras son optimistas y se han superado aquellos récords de 2019 y 2022. Sigue siendo la capital turística de la Costa Daurada y la marca Salou es conocida entre los visitantes nacionales e internacionales. Parece que poco a poco consigue alejarse del modelo de sol y playa que había aglutinado históricamente para ofrecer otro tipo de experiencias y alargar la temporada más allá de los meses de verano. El tiempo, que no es especialmente frío en nuestras comarcas, también ayuda a ello. Y no olvidemos que la presencia de PortAventura es una garantía asegurada. «Salou inició su camino hacia la desestacionalización hace años y ya estamos viendo que nos está aportando buenos resultados», afirmaba hace un par de días el alcalde, Pere Granados. Son buenas noticias.
Es importante tener en cuenta las cifras absolutas y el balance de visitantes, pero lo es todavía más conseguir plantear una propuesta amplia e integral que llame la atención de públicos de distintos perfiles y durante todos los meses del año. El turismo deportivo, el familiar, el cultural, el de negocios... y más. La cuestión es diversificar y ser atractivos para el visitante. ¿Los mercados? Son variantes. Hace una década estaba el boom del turismo ruso y aquello, ahora, ha quedado lejos, pero hay otros mercados europeos en auge y el nacional también pasa por un momento dulce. La cuestión es insistir, trabajar como destino e innovar. En nada llegará la feria turística por excelencia, Fitur, y será una nueva oportunidad para que, más allá de Salou, toda la Costa Daurada ponga sus atractivos, que son muchos, en un escaparate internacional.
