La Unión Europea ha establecido la neutralidad climática para 2050 como objetivo central de su Pacto Verde Europeo, buscando transformar su economía hacia la sostenibilidad y la reducción de emisiones de carbono. Para materializar esta visión, la Comisión Europea ha propuesto el «Pacto por la Industria Limpia» (Clean Industrial Deal), una iniciativa que pretende revitalizar la industria europea mediante incentivos fiscales, simplificación regulatoria y promoción de tecnologías limpias. Esta propuesta se considera la iniciativa industrial más relevante de la nueva Comisión Europea, liderada por la presidenta Ursula von der Leyen.
Los retos de competitividad europea pasan por tener acceso a la energía, una red eléctrica suficiente y que la energía sea propia, renovable y asequible. La reducción de costos energéticos para las industrias europeas se ha convertido en una prioridad, proponiéndose medidas como la reducción del IVA en la electricidad al mínimo legal del 5% y la eliminación de impuestos no relacionados con la energía en las facturas eléctricas. Además, la UE busca garantizar acuerdos de compra de energía renovable y apoyar la modernización de las redes eléctricas para hacerlas más eficientes y accesibles.
Esta propuesta se considera la iniciativa industrial más relevante de la nueva Comisión Europea, liderada por la presidenta Ursula von der Leyen
Además, en un reciente informe, el Foro Económico Mundial ha enfatizado que la descarbonización de Europa debe ir de la mano con la competitividad industrial. Para ello, recomienda transformar la demanda industrial a través de la implementación de cuotas para el uso de materiales sostenibles y fomentar la electrificación en sectores clave como el acero, el cemento y la química. La recomendación esencial del Foro Económico Mundial es que Europa debe desarrollar y escalar tecnologías como el gas natural sintético (e-NG), la captura de carbono y el hidrógeno verde para facilitar una transición eficiente y rentable.
A nivel global, Europa busca mantener su liderazgo en el mercado, compitiendo con potencias como Estados Unidos y China. Para ello, la armonización de normativas y la implementación de incentivos que promuevan la producción local de tecnologías limpias son esenciales. El acceso a la financiación es otro eje clave dentro de este acuerdo con ayudas que se dirijan a proyectos que realmente contribuyan a la reducción de emisiones y promuevan la innovación industrial. Se estima que la transición hacia una economía verde requerirá una inversión adicional anual de 480.000 millones de euros, por lo que garantizar este flujo de capital es crucial.
La economía circular también ocupa un lugar central en la propuesta de Bruselas. La reutilización y el reciclaje de materiales se presentan como soluciones para minimizar los residuos y maximizar la eficiencia de los recursos. En este sentido, la Comisión Europea planea implementar estrategias que fomenten la bioeconomía y el transporte sostenible, promoviendo prácticas industriales más circulares y responsables con el medioambiente.
Apostando por las energías renovables, Tarragona puede ser un referente para la producción local sostenible de materias primas y materiales estratégicos
Otro punto clave es el acceso a materias primas. La dependencia europea de importaciones de materiales críticos es un desafío que el Pacto busca resolver. Actualmente, la UE importa el 97% de sus paneles solares y el 100% de ciertos elementos de tierras raras de China, lo que subraya la necesidad de diversificar las fuentes y fortalecer la producción interna de estos recursos esenciales.
Finalmente, el fortalecimiento de la soberanía energética es un pilar clave. Evitar la dependencia excesiva de materiales clave provenientes de terceros países permitirá a la UE garantizar un suministro seguro y estable para su industria.
El potencial químico de Tarragona se encuentra en la petroquímica y la descarbonización, pero además las capacidades en cuanto a talento, infraestructuras de investigación y tecnológicas y la propia industria, pueden dar pie a otras industrias clave como la de principios activos para farmacia, química y/o agroalimentación. Estos sectores son imprescindibles para la soberanía europea, ya que actualmente Europa es dependiente de importaciones en estos ámbitos. Esta realidad representa una oportunidad única para la reindustrialización de la región, reforzando la capacidad de producción y asegurando el abastecimiento de productos esenciales para la economía y la sociedad. Siempre apostando por las energías renovables, Tarragona puede convertirse en un referente para la producción local sostenible de estas materias primas y materiales estratégicos.
