El médico jubilado Carlos San Juan ha logrado torcer el brazo a la banca. Con su campaña «soy mayor, no idiota», ha reunido 640.000 firmas por una atención más humana para los mayores en el sector financiero y ha conseguido arrancar de las tres patronales bancarias el compromiso para favorecer la inclusión de este colectivo entre tanta digitalización.
Su gesta me recuerda a la reflexión que compartía con el Diari el pasado octubre el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, José Augusto García Navarro.
El exdirector gerente del Hospital Universitari Sant Joan de Reus afirmó convencido que «el gran motor de cambio de nuestra sociedad será el envejecimiento y no el cambio climático o la tecnología». Y me daba un dato: la economía que mueven las personas con más de 50 años en España representa el 26% del PIB con un consumo destacado en sanidad pero también en ocio, turismo, estética, gimnasios o alimentación. Por eso la mayoría de las grandes empresas, están adaptando sus servicios a las personas mayores.
Porque han dejado de contemplar el envejecimiento de la población como un problema para verlo como una oportunidad. La hazaña de Carlos San Juan es solo una muestra de lo que está por venir. Uno de cada cuatro votantes en las últimas elecciones generales tenía más de 65 años y si sus demandas no son atendidas, tendrángrupos políticos propios.
La España vaciada y las personas mayores quieren estar presentes en la agenda. Las elecciones de Castilla y León y la respuesta de la banca van en esta dirección.
