Los factores de riesgo en el desarrollo de una forma severa de la Covid-19, logran identificarse con el paso del tiempo. Dos estudios sugieren que los genes y la tasa de glucosa juegan un papel preponderante en la evolución de la enfermedad. Los diferentes niveles de gravedad de la enfermedad crearon perplejidad por cierto tiempo, tanto en investigadores como en el mundo médico. Se dan casos de jóvenes que deben ser atendidos en cuidados intensivos, en tanto que gente de edad que solo padeció un resfriado resultó asintomática.
Al inicio de la pandemia, la población de más de 65 años de edad o aquellas personas aquejadas de ciertas enfermedades como cáncer o patologías del corazón, parecían desarrollar, más a menudo, formas graves de Covid-19. Sin embargo, la edad media de los pacientes ingresados en el hospital ha disminuido desde entonces. Diversos estudios trataron de explicar ese cambio. Algunos señalaron la débil tasa de vacunación de jóvenes, otros, lo asociaron a la aparición de la variante Delta. La edad y el estado de salud de los contagios, ya no se consideran como los únicos factores que pueden influir en la evolución de la enfermedad.
Nuevos estudios subrayan dos factores de riesgo mayor: los genes y los niveles de glucosa en la sangre. Estos descubrimientos fueron posibles gracias al empleo de la inteligencia artificial (IA). Procedimiento que podría permitir identificar mejor a las personas más vulnerables, que necesitarían, por consiguiente, una atención prioritaria. Cuando se extendió la primera ola de Covid-19, se comenzó a tratar a familias enteras muy afectadas por la enfermedad, aunque no tuvieran antecedentes médicos de otras dolencias. Se preguntó entonces si los genes podrían tener influencia y se tuvo la intuición científica de que un grupo de genes, denominados antígenos leucocitarios humanos (HLA), encargados de regular el sistema inmunitario, podría explicar porqué algunos pacientes solo desarrollan síntomas leves, mientras otros necesitan incluso respiración asistida. Se sabe que los antígenos HLA están relacionados con otras enfermedades, como la gripe o la artritis. También puede influir el desarrollo de la miocarditis, una peligrosa inflamación del músculo cardíaco.
Se puso en marcha un proyecto internacional con el objetivo de investigar la posible correlación entre los antígenos HLA y las formas graves de Covid-19. El equipo de estudiosos utilizó información recogida en hospitales de todo el mundo. Durante un período de seis meses, evaluaron los datos de 435 pacientes de diversas edades, que habían resultado positivos ante la prueba de Sars-CoV-2, entre ellas 21 personas tratadas. Los investigadores recolectaron muestras de sangre y analizaron las características genéticas de cada individuo con el objetivo de evaluar la influencia de los antígenos HLA. Observaron distintos niveles de gravedad de la enfermedad. Entre ella la más severa la que padecían aquellos pacientes cuya atención exigió la asistencia de un respirador artificial.
Los resultados del estudio confirman la hipótesis de que las personas enfermas y que presentan un subtipo particular de antígenos leucocitarios humanos, denominado HLA-C* 04:01, corren el riesgo de una probabilidad doble de tener que recurrir a un respirador artificial. Los investigadores afirman que este subtipo tiende a frenar la respuesta inmunitaria, permitiendo que el virus se reproduzca rápidamente. Una respuesta inmunitaria desproporcionada puede provocar la muerte. De otra parte, la glucosa es el componente bioquímico más presente en todos los estados de la infección. Los niveles elevados de azúcar en la sangre contribuyen a la progresión de casi todas las etapas de la infección.