En ciudades como Tarragona, la expansión de los alquileres turísticos está dificultando el acceso a viviendas asequibles para los residentes. Desde 2017, los pisos turísticos han crecido un 200%; mientras muchos jóvenes siguen encontrando dificultades para emanciparse, y en la ciudad se produce un deshaucio al día, según las entidades. Ante esta situación, aunque es esencial e imperativo defender el derecho de los propietarios a usar sus inmuebles como deseen, resulta necesario un esfuerzo regulador y una acción enérgica por parte de las autoridades contra los especuladores y a favor de destinar vivienda para uso habitual.
La reciente regulación de la Generalitat, que impone un régimen de licencia para pisos turísticos en municipios con problemas de vivienda, es un paso positivo hacia la solución. Sin embargo, es igualmente importante incentivar a los propietarios a alquilar sus inmuebles como viviendas permanentes, en lugar de destinarlos al turismo. Muchos pequeños tenedores ya lo están haciendo, ya que se dan cuenta que resulta más conveniente a medio y largo plazo encontrar inquilinos estables. Pero los grandes propietarios –3 de cada 10 pisos turísticos en Tarragona son de empresas– son harina de otro costal: muchos juegan con las plataformas para adulterar el mercado y buscan el beneficio a corto plazo.
Es esencial defender el derecho a la propiedad privada, pero también hay que facilitar el acceso a la vivienda para uso habitual
Es crucial que se fomente que los propietarios –pequeños y grandes– elijan alquilar sus propiedades como viviendas permanentes, y apostar por incentivos y políticas que promuevan el alquiler de inmuebles para uso residencial, ayudando a equilibrar el mercado y asegurando que más ciudadanos tengan acceso a viviendas dignas. Solo con políticas en esta línea podremos asegurar un mercado inmobiliario justo y sostenible para todos. También en esto, como en tantas otras cosas, el gobierno de la Generalitat que podría surgir tras el pacto entre ERC y el PSC tiene una oportunidad y un desafío. Si Salvador Illa quiere ser president, debería tomar nota.
