La lucha contra la violación

Las cifras de agresiones sexuales en Tarragona son dramáticas e insoportables y reflejan la persistencia de una violencia estructural contra las mujeres que va en aumento. Las 77 violaciones en 2021, una cada cinco días, nos sitúan a la cabeza de España. Y no solo esto. Los delitos contra la libertad sexual, donde se incluyen todas las tipologías en las que no existe penetración, también se han disparado, hasta los 390 casos en el último año, más de uno al día. Pero no solo aumentan los delitos, también lo hace el nivel de violencia y agresividad. Los números son escalofriantes, sobre todo porque cada uno esconde una tragedia. Otros datos para la preocupación son la edad de los agresores –se observa un incremento de delitos contra la libertad sexual cometidos por menores– y el hecho de que una de cada cuatro agresiones se produzca en manada, por parte de varios individuos. Es posible que detrás de estos números se halle una mayor disposición de las víctimas a denunciar, aunque no es menos cierto que todavía hay una gran resistencia a hacerlo, hasta el punto de que la última Macroencuesta de Violencia contra la Mujer señala que en España solo se denuncia el 11% de las violaciones, siendo los motivos para no hacerlo la vergüenza (40,3%), el haber sido menor cuando ocurrió el hecho (40,2%), el temor a no ser creída (36,5%) y el miedo al agresor (23,5%). Sea como fuere, lo innegable es que los casos se han disparado. En este contexto, la ley del ‘sí es sí’ recientemente aprobada se antoja una herramienta fundamental, así como el apoyo a la víctima en todos los sentidos. Asimismo, hay que hacer de nuestros pueblos y ciudades lugares seguros, con mejor iluminación y mayor vigilancia, entre otras medidas. Pero el problema no se erradicará si no se incide de forma decisiva en la educación, inculcando y fomentando en los hombres –que es donde realmente está el problema– valores como la igualdad, la empatía y respeto hacia las mujeres.