Carpetazo final al gravamen extraordinario sonre las ventas de las industrias energéticas, el impuestazo, asunto que ha marcado la actualidad económica del país en las últimas dos semanas. Una decisión razonable teniendo en cuenta todo lo que se ponía en riesgo y cómo se habían producido las decisiones que llevaron a su implantación. Vaya por delante que los impuestos son necesarios y que también tiene su lógica gravar a quien más beneficios obtiene. Es la misma lógica progresiva que el impuestos sobre las renta. También es cierto que, en este caso, algo fallaba. La carga política que llevaba implícita el gravamen ha retornado a sus impulsores como un bumerán. La medida hizo levantar la voz a las grandes empresas afectadas, que también fueron hábiles y movieron sus recursos, resortes e influencias para ejercer con la misma actitud política, jugando con las mismas o parecidas armas con que actúan representantes electos y gobernantes. El impuestazo medida como esta ponía en riesgo miles de millones de euros de inversiones que las grandes energéticas quieren realizar en España en los próximos años, sea para desarrollar energías renovables o limpias, nuevas y mejores redes de distribución, almacenamiento energético, descarbonización de los polos industriales, transformación de las refinerías, desarrollo del hidrógeno verde... El impuesto era un hándicap grande. Ayer Repsol cantaba victoria. «El problema ha terminado», decía el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, sobre el pacto del PSOE y Junts para que el gravamen extraordinario a las energéticas cayera definitivamente. Si así se acaba materializando, Repsol reactivará las inversiones en España, entre ellas los 1.100 millones de euros destinados a la Ecoplanta de El Morell (Tarragonès) y el electrolizador asociado. Veremos cómo evoluciona todo y cómo se replantea el impuesto, que suponíaunos 3.000 millones para las arcas del Estado. Porque la situación no está resuelta del todo. El sector bancario, que no se ha librado del gravamen, amenaza con acudir a los tribunales. La serie política del impuestazo puede reeditar una segunda temporada como pugna judicial. Habrá nuevos capítulos.
La medida nació con grandes connotaciones políticas y las empresas también se han dedicado
a hacer política para eliminar el gravamen
