Hace algo menos de un mes que el president Illa visitó el Priorat para anunciar un paquete de medidas antisequía a nivel de país. Porque la situación en Catalunya es complicada, pero precisamente esta comarca está al límite, justo en el tramo final de la temporada de vendimia y al comienzo de la del aceite de oliva. Un momento estratégico y especialmente sensible. Ayer fue el conseller de Agricultura, Òscar Ordeig, el que desembarcó en Falset para concretar el plan de acciones del Govern: el sector agrario de la comarca recibirá dos millones de euros de los 70,8 que se anunciaron en su momento. Y se acelerará una conexión con el canal Garrigues Sud que llevará agua del Ebre y que se acelerará para dar un poco más de aire. Algo que debería dar un poco de aire a un sector que está muy tocado.
El Govern anunció ayer que destinará dos millones a ayudas directas a la comarca: el epicentro de la sequía de nuestro país
Hoy, el Govern pondrá en marcha de nuevo la comisión interdepartamental de sequía y asegura que creará una de específica para el Priorat. Porque es sin duda la zona cero de la sequía en nuestro país. Y el Govern así lo evidencia. Hace apenas tres días desembarcaba también allí el president del Parlament, Josep Rull, con el fin de hacer visible la «brutal y contundente» sequía de la comarca, dijo. Ya es un problema en sí mismo, pero en una comarca eminentemente agraria, tensiona todavía más. ¿Cuál es la solución? ¿Dos millones en ayudas serán suficientes? ¿Cómo se puede llegar a la raíz del problema?
Lo que está claro es que tantas visitas del Govern evidencian que se trata de un tema de máxima preocupación a nivel de país. De máxima urgencia. Hablamos de una comarca tensionada, de unos pantanos totalmente secos y de unos agricultores que temen de verdad por la supervivencia de sus cultivos. Estas ayudas no serán la solución definitiva pero seguramente serán un paso importante para dar un poco de aire a un territorio que vive al límite. Cada municipio tiene su propia realidad: Falset ha tenido que buscarse pozos. La Vilella Baixa lleva tiempo tirando de garrafas al menos una vez a la semana. El pantano de Siurana está en una crisis permanente y la crisis Siurana- Riudecanyes lleva años enquistada. La sequía es real, es urgente y sigue ahí. No la olvidemos.
