El lobby empresarial Fermed organizó ayer en Tarragona una jornada sobre «el nudo ferroviario del área de Tarragona y sus enlaces con el Corredor Mediterráneo», con el fin de clarificar el estado en que encuentran los proyectos y las obras del estratégico vial de comunicaciones ferroviarias. El galimatías es de tal magnitud que el propio Ministerio de Fomento ha tenido que nombrar un coordinador general para clarificar y ordenar las distintas acciones que se están llevando a cabo. La jornada de ayer arrojó luz sobre algunos aspectos, pero sigue la penumbra sobre otros problemas de vital importancia. Por ejemplo, sigue sin despejarse la incógnita sobre cómo se hará llegar la alta velocidad al centro de la ciudad de Tarragona y Reus para hacer posible el soñado trayecto hasta Barcelona en 45 minutos. Tampoco se sabe nada sobre la proyectada estación central de la T-11 junto al Aeropuerto de Reus. Tanto diletantismo hace augurar que Tarragona se quedará por secula seculorum sin alta velocidad en el centro urbano y tendrá que conformarse con la velocidad alta y el servicio (esperemos que mejorable) de cercanías. Cuando quede abierta al tráfico ferroviario la Y de la estación del Camp, quedará consumado el ferroviaricidio histórico que se cometió en su día con la ciudad de Tarragona. Tampoco es previsible que en tiempos de ahorro renazca la Estación Central de la T-11. Ya estará la de Cambrils. Tarragona será poco más que un apeadero.