Cambio de juego

El silencio personal y el diálogo social son condiciones básicas para la renovación democrática

19 mayo 2017 21:56 | Actualizado a 22 mayo 2017 12:55
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Las crisis personales y sociales son naturales, inevitables y, incluso, necesarias. Efectivamente, si contemplamos el proceso vital de cada persona, podemos observar las crisis periódicas que vive, y que afectan al cuerpo, a la mente, a las emociones, a las relaciones sociales y a la búsqueda del sentido de la vida. Por otro lado, la historia nos muestra las contradicciones económicas, políticas, sociales y culturales de la sociedad y, también, nos narra las tensiones, los bloqueos y las superaciones de estas contradicciones vividas por todos los pueblos de la tierra.

Ante esta situación se dan dos reacciones comprensibles, que a menudo bloquean el futuro. La primera reacción nace del miedo al cambio y consiste en hacer aquello que siempre se ha hecho, sin un análisis de las causas de la situación. La segunda reacción consiste en la innovación sin crítica, es decir, practicar el cambio por el cambio, sin autocrítica, ni perspectiva. Vale la pena analizar estas reacciones que observamos en la vida diaria.

Hacer aquello que siempre se ha hecho, puede responder a una necesidad vital y, en este caso, actualizamos la Traditio, que, según el significado original de este término latino, equivale a la transmisión activa de la experiencia humana, sedimentada en la sabiduría popular, a lo largo de los siglos. No obstante, también, puede responder a un bloqueo personal y social, debido al miedo. Este miedo al cambio tiene unas causas y, especialmente, la ausencia de un análisis de la realidad, que ayude a quedarse con lo que es correcto y cambiar aquello que puede mejorar la situación. La terapia para superar el miedo pasa por el conocimiento científico y humanista, elaborado dentro del propio grupo y contrastado con todos aquellos que piensan diferente.

El cambio puede responder a la urgencia de buscar soluciones positivas a las crisis que vivimos y, en este caso, es una actitud correcta, prudente e inteligente. Por otro lado, el cambio por el cambio, también, puede responder a una reacción visceral superficial ante los retos que afectan a la persona y a la sociedad, sin discernimiento mental, ni criterios de acción. Entonces, a menudo, la situación de crisis todavía empeora.

Con el fin de superar esta tensión, hay unas condiciones de posibilidad, que nos pueden ayudar a superar el miedo al cambio y el cambio sin discernimiento. Vale la pena pensar en ello. La primera condición de posibilidad es la necesidad del silencio personal contemplativo. Tu vida personal la piensas libremente, o bien te la piensan los otros y, especialmente, las fuerzas dominantes al servicio del establishment. La segunda condición de superación es el diálogo comunitario y estructural. Este diálogo social ayuda a purificar el pensamiento individual, a darle calidad y perspectiva. El resultado de este diálogo no se limita a sumar las aportaciones de todos, sino que incluso multiplica los resultados.

El silencio personal y el diálogo social son condiciones básicas para la renovación democrática de nuestra sociedad. Crean un ambiente de esperanza y fomentan pactos de cooperación transformadores de la sociedad. De este modo, los seres humanos podemos divisar un punto blanco en el horizonte del peregrinaje histórico de la humanidad.

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