Flora, fauna, arrozales, dunas, lagunas... Los 320 kilómetros cuadrados del Delta del Ebro son una colección de postales con singulares imágenes. Una gran área de importante valor ecológico, declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO. En su Parc Natural habitan más de 300 especies de aves, lo que convierte al Delta en un paraíso para los amantes de la naturaleza y, especialmente, de la ornitología. Además, el contraste entre agua dulce y salada crea un ecosistema diverso que alberga una rica variedad de flora y fauna.
Para descubrir este gran paraíso, Nàutic Parc Costa Daurada i Terres de l’Ebre y Riu a l’Ebre, ofrecen diversas opciones para recorrer el río y el Delta del Ebro junto a un experto guía. Esta es la mejor manera de adentrarse en los rincones más escondidos y en parajes fascinantes. Las tranquilas aguas de los últimos kilómetros permiten remar fácilmente a todos aquellos que quieren vivir una aventura rodeados de naturaleza.
A medida que con el kayak avanzas sobre las aguas con el único empuje de los brazos, el paisaje cambia constantemente y permite contemplar lagunas interiores, pequeñas islas y canales rodeados de vegetación exuberante. Las opciones de rutas son diversas y entre ellas destacamos la ruta a la Isla de Buda y a la Isla de Gracia.
La isla de Buda
La ruta a la Isla de Buda transcurre por el río Migjorn que bordea la parte norte da isla y que también da su nombre a la playa que se encuentra en el tramo final. Recorreremos una de las zonas más salvajes e inaccesibles del Delta. A lo largo del paseo podremos disfrutar de la magnífica vegetación que se puede ver en las orillas del río: juncos, cañizos, eucaliptos entre otros, que dan una frescura y se impregnan en nuestra retina. Con un poco de suerte, podremos contemplar también los caballos salvajes de la Camarga francesa que viven en libertad en la Isla de Buda. Finalmente, llegaremos hasta el Ebro, que baja mansamente acercándose a su final, donde la naturaleza se escucha, se huele, se siente.
‘La Illa de Gràcia’
La ruta a la Illa de Gràcia se inicia en el pintoresco pueblo de Balada, situado frente la Illa de Gràcia, que alberga uno de los árboles monumentales de Cataluña conocido como Baladre de Balada. El itinerario permite disfrutar del recuperado bosque de ribera: álamos blancos, chopos, tamarindos... que cubren hasta la misma orilla donde se posan suavemente: cigüeñas, martinetes pescadores y la singular y elegante garza real.
Podemos contemplar lagunas interiores, pequeñas islas e, incluso, canales
Esta isla, rodeada por las aguas tranquilas del Ebro y envuelta en vegetación autóctona, ofrece un remanso de paz y una conexión directa con la biodiversidad del río.
Este espacio natural, caracterizado por su densa vegetación de ribera y su fauna variada, es un lugar poco frecuentado, lo que le otorga un carácter virgen y auténtico. La isla es de pequeño tamaño, lo que la convierte en un destino perfecto para una excursión en kayak de pocas horas, permitiendo a los aventureros disfrutar de un entorno natural casi inalterado.
Navegar en kayak por el río Ebro, uno de los humedales más grandes y fascinantes de Europa, es una experiencia que conecta al visitante con la naturaleza de una forma íntima y respetuosa. Navegar por este entorno único es una aventura inigualable, que permite explorar canales, lagunas y la riqueza natural de la zona desde una perspectiva íntima y ecológica.
La diversidad de paisajes y la riqueza en flora y fauna hacen que el río Ebro sea un paraíso para aquellos que buscan descubrir parajes únicos en uno de los entornos más bellos y protegidos de la península, el Parc Natural del Delta de l’Ebre, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO.