¿Qué la llevó a repetir como presidenta de la Cambra?
Antes de Navidad comuniqué al plenario que habría elecciones y les dije que si alguien tenía interés en presentarse que lo dijera, que yo le ayudaría ofreciéndole mi experiencia para ganar. Todos se levantaron para aplaudirme y no me dieron otra opción.
¿En 2027 cerrará la etapa?
La nueva ley de cámaras, que tiene que aprobar el Parlament, establece una limitación de mandato de dos legislaturas. Yo habré estado un poco más porque estuve dos años en sustitución de Andreu Suriol, cuando dimitió, y no fue hasta 2019 que se convocaron las elecciones.
¿Cuáles son los principales retos de las empresas en el momento de incertidumbre actual?
Las guerras de Ucrania y de la franja de Gaza, junto con el aumento de precios de las materias primas, han hecho que se disparen los precios de todo. Y esto es una preocupación que comparten todas las empresas. Además, hay mucha inestabilidad política, lo que hace que lo estén pasando mal.
Están buscando oportunidades en nuevos mercados.
Hace unos días tuvimos la primera cumbre coreana fuera de Madrid y esto nos dará una proyección muy importante. Ahora haremos una misión comercial a Corea, con la intención que podamos atraer más inversiones como la que vendrá a Mont-roig. Es una buena apuesta, que es lo que nos toca hacer las cámaras: buscar talento, abrir mercados y atraer inversiones.
¿Qué hacen para acompañarlas?
Tenemos un departamento de transformación digital y, al respecto, fuimos pioneros con la oficina Acelera Pime, que está ayudando a muchas empresas. También hemos ampliado el departamento de internacionalización, de forma que hemos pasado de 15 a 18 misiones comerciales.
Otra de las grandes apuestas es la formación.
Sí, al respecto hemos cuatriplicado la inversión, llegando a los tres millones de euros en formación. Lo más importante es que hemos inaugurado dos salas más, que están homologadas, por lo que ahora mismo tenemos cuatro espacios que se utilizan al 100%. Es una apuesta estratégica para cubrir la falta de personal calificado que hay en las empresas.
¿Cómo valora la entrada en funcionamiento del túnel del Coll de Lilla?
Ha costado mucho, ya que la unión del Mediterráneo y el Cantábrico era una vieja aspiración y nos faltaba este último tramo de Tarragona a Montblanc.
Los 10.000 usuarios diarios del túnel ponen de manifiesto esta demanda.
Ha ido muy bien para todos. No tan solo para la salida de las mercancías del puerto, sino también para el turismo de Aragón y el País Vasco.
Queda acabar la conexión con la AP-2.
Es una lástima que no se hubiera previsto todo, pero creemos que en un par de años podemos tenerlo. Sin olvidar que esta autovía nos comunica con el exterior, pero este territorio debe hacer los deberes para ganar capilaridad. La ampliación de la C-57, entre Valls y Alcover, es fundamental, ya que nos permitiría que todo el tráfico de la Vall de l’Ebre y el País Vasco pudiera coger la C-14 para ir a Salou. De lo contrario, cuando lleguen a Icomar se colapsará.
¿Y en cuanto a las mercancías peligrosas?
Es un tema que está pendiente, ya que estos vehículos todavía están obligados a hacer una ruta de 44 kilómetros adicionales por El Vendrell. Deberían buscarse alternativas, no tan solo para las mercancías peligrosas sino por el día que no pueda pasarse por el túnel. Hay soluciones para hacer nuevos tramos, que serían muy cortos, y que nos ayudarían muchísimo.
Aquí hay muchos agentes implicados.
Desde el sector empresarial vamos unidos, ya sea con la Feat, la Química, la Cepta e incluso el puerto. Defendemos los intereses económicos y empresariales del territorio a partir de una unidad de acción de los actores que nos dedicamos a la economía. Estamos intentando que se visualice una gobernanza, teniendo en cuenta que vivimos para generar puestos de empleo y beneficios para el territorio. Aquí no hacemos política.
Esta unión empresarial también pide que el tercer carril sea una realidad.
Es una infraestructura que cuesta mucho de consolidar e implementar y creo que estamos haciendo las cosas bien. Estamos trabajando para que, en primer lugar, el Port no se quede sin ancho internacional, que es importantísimo, y después para que haya una alternativa.
¿Es vital acelerar esta segunda parte para evitar que se genere un cuello de botella?
Sí, este territorio necesita una reordenación ferroviaria, que costará mucho de cambiar, porque las líneas actuales tienen más de 150 años, pero este plan de viabilidad buscará la alternativa de forma que el territorio consensúe un modelo ferroviario. No ganamos nada lamiéndonos las heridas. Debemos ser propostivos, porque no habrá grandes inversiones.
Hace 17 años que se inauguró la estación del AVE y el territorio no se la siente suya. ¿Por qué cree que es así?
La Cambra ha luchado mucho para que la estación del AVE tenga unas buenas conexiones y, al respecto, siempre hemos acompañado a los alcaldes, pero no hemos conseguido ni el parking ni el vial que debe conectar con el Penedès y el Baix Gaià. También hemos pedido un 2+1 en la antigua N-240, desde Sant Salvador a la rotonda de acceso a la estación, de forma que haya un carril más de subida.
¿La intermodal de Vila-seca ejercerá el papel central?
Primero tiene que hacerse. Esta estación puede ser muy intermodal con otros medios de transporte, pero la gran estación seguirá siendo la de La Secuita-Perafort, por el gran volumen de pasajeros. Hablé con el presidente de Renfe para que la línea Lyon-Barcelona llegue a Camp de Tarragona.
¿Cómo está la relación con la concejalía de Comerç después de un último mandato turbulento?
En stand by. Ha habido un cambio de actitud, que es importante, pero al final todo lo que se ha deshecho durante años costará mucho, porque tenemos que buscar un nuevo modelo comercial.
¿Cómo debe ser este nuevo modelo?
Deben decidirlo los propios operadores. Tarragona es el centro comercial del sur de Catalunya por la diversidad de formatos que tenemos. El reto es el centro.
¿Debería hacerse un plan estratégico?
No sé si esta es la herramienta, pero al final tenemos que definir un modelo o un sistema en el que convivan los diferentes formatos para que cooperen.
¿Que puedan abrir los establecimientos los domingos debe ser una prioridad?
Es una discusión que es un absurdo, porque hoy ya puedes comprar los 365 días 24 horas. Cuando ya tienes esta posibilidad intentar poner puertas es muy difícil. Pedimos que cuando lleguen los cruceros, el que quiera abrir pueda hacerlo y que en verano también, como hizo Barcelona.
En los presupuestos hay un millón para la mejora de los polígonos. ¿La sensación es de un día de la marmota constante?
Los polígonos no votan y siempre han sido el hermano pobre del Ayuntamiento. No se ha invertido y dan pena, porque están completamente abandonados. Si tenemos en cuenta lo que pagan las empresas de los polígonos, que ingresa el Ayuntamiento, y el retorno en servicios, el déficit es brutal.
¿Tarragona está perdiendo oportunidades por la falta del POUM?
Sí, muchas. Proyectos como Mas d’en Sorder deberían poder seguir adelante, lo que contribuiría a mejorar la situación económica del Ayuntamiento. En lugar de esto, deberemos indemnizar la empresa porque se paró. No se entiende.