La multinacional Ten Brinke ya dispone de la licencia comercial para abrir su futuro parque comercial en Tarragona, el primero que la firma holandesa pondrá en marcha en las comarcas del sur de Catalunya. Así lo ha confirmado la Direcció General de Comerç de la Generalitat, que ha valorado de forma favorable la propuesta que la cadena presentó el 23 de diciembre de 2020 y que finalmente se resolvió el 2 de junio del año pasado.
Sobre el proyecto en cuestión hasta el momento ha trascendido muy poca información. Ten Brinke ha explicado que el espacio «contará con amplias zonas al aire libre donde confluirán zonas comerciales, de ocio, restauración y hotelera, con el objetivo de convertirse en un referente para la ciudad de Tarragona y un punto de encuentro para la ciudadanía». No obstante, todavía no se han dado los detalles sobre cómo será la futura superficie ni la inversión prevista o las marcas que operarán. Son aspectos que se espera que puedan conocerse en los próximos meses después que esta misma semana la multinacional inaugurara el espacio comercial Mirasierra Gallery, en Madrid. De hecho, las características podrían ser muy similares ya que la licencia otorgada por la Generalitat afecta a una superficie de venta de 18.839 metros cuadrados, mientras que el centro que esta semana abría las puertas en la capital española comprende una superficie construida de 20.000 metros cuadrados.
Pese al silencio de la compañía, esta ya ha presentado el proyecto básico al Ayuntamiento de Tarragona, que lo vería favorable, por lo que el siguiente paso sería desarrollar el proyecto ejecutivo. Este documento será el que entrará en la definición de la futura zona comercial, teniendo en cuenta que el permiso comercial tiene una validez de tres años, ampliables a otros dos prorrogables, por lo que la empresa tiene de margen hasta junio de 2026 para iniciar su actividad en Tarragona.
En paralelo, Ten Brinke podrá solicitar la licencia de obras, después que el pasado lunes el Ayuntamiento de Tarragona ya recepcionó las obras de urbanización del plan parcial 10. El alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, junto al concejal de Territori, Xavier Puig, acompañados por representantes vecinales y de la corporación municipal visitaron ayer este espacio, ubicado a escasos metros de la T-11.
Josep Maria Recasens
Ricomà destacó que la urbanización de este sector «mejora las conexiones entre Campclar y Bonavista» y «hace más amable una de las entradas a la ciudad, a través de la T-11». Esta mejora es a partir de una gran avenida que discurre de forma paralela al Anillo Mediterráneo, con cuatro carriles para vehículos de motor, un carril bici y las paradas de autobús correspondientes. El vial lleva el nombre de Josep Maria Recasens, en memoria del primer alcalde de la ciudad tras la recuperación de la democracia hasta 1989.
Asimismo, Ricomà destacó que este proyecto mejora las conexiones con el Anillo Mediterráneo y que permitirá la construcción de 1.200 viviendas, de las cuales 400 se destinarán al alquiler social. Al respecto, Puig destacó que «a partir de ahora, tanto los privados como desde la administración, podrán solicitarse las licencias de obras» para impulsar esta nueva zona residencial.
La pavimentación de las callescon los suministros correspondientes ha finalizado y la inauguración oficial de la avenida va a hacerse más adelante, con un acto oficial con la familia del exalcalde. Pese a ello, ayer mismo se abrían los nuevos accesos que enlazan con la nueva rotonda ubicada en el Camí de la Coma, que se inauguró hace unas semanas y que enlaza con Bonavista y Buenos Aires.
El nuevo barrio plantea el crecimiento más grande que ha experimentado la ciudad en los últimos tiempos, desde que finalizó la urbanización de los terrenos de Joan XXIII. En este caso, se trata de una superficie de 300.000 metros cuadrados, de los cuales 66.500 se destinarán a la nueva zona comercial y 30.000 a residencial. El resto corresponden a espacios verdes, viarios y equipamientos.
La urbanización de este espacio se planteó para la llegada de Ikea. Sin embargo, la larga espera para la compra de los terrenos y la definición del proyecto se prolongó largo tiempo, por lo que finalmente la firma sueca modificó sus planes de expansión y desestimó la opción de abrir su primer establecimiento en las comarcas del sur de Catalunya. Esto obligó a buscar un nuevo operador, siendo la oferta de Ten Brinke la que finalmente fue la opción escogida por los propietarios. Finalmente, cuando el proyecto se puso en marcha el actual gobierno tuvo que asumirlo, con limitaciones para introducir cambios. No obstante, si que se ha hecho una pequeña modificación que afecta a la conexión del PP10 con la Rambla de Ponent, a través de la calle Riu Algàs. Inicialmente estaba prevista la continuidad del vial principal, con cuatro carriles, y finalmente se ha decidido conservar y adecuar la zona verde con un único carril.
Las obras de urbanización se iniciaron a mediados de mayo de 2020 y su calendario se ha dilatado unos meses a causa de la pandemia. En total las obras de urbanización han tenido un coste de 12 millones de euros.
