Tarragona vive una de sus Semanas Santas con más afluencia y esto se nota en las calles, que durante estos días están repletas de grupos y familias que buscan conocer una ciudad que desde la pandemia ha conseguido situarse en el mapa turístico. Fran y Patrícia son una pareja de Oviedo que estos días visitaban Tarragona por primera vez. «Habíamos escuchado lo del patrimonio romano y pensamos que era un buen sitio para una escapada de tres o cuatro días y así poder ver el mar. El viento no invita a bañarse pero nos ha maravillado», decían mientras hacían cola para entrar en el Circ.
Tanto el viernes como el sábado se registraron colas puntuales para acceder a los recintos que forman parte del conjunto Patrimonio de la Humanidad. Sobre todo en el Circ-Pretori, que es una de las joyas de la visita de la Tarraco romana. Allí estaba Bea, con su pareja y sus hijos. Esta familia de Tortosa subió de excursión un día para conocer la ciudad, se sacaron el pase de seis recintos y aprovecharon la mañana para conocer el patrimonio. «Hay bastante gente y hemos tenido que hacer cola, pero no es agobiante ni tampoco es exagerado», afirmaba.
El recién estrenado mapping del Pallol constituye un nuevo atractivo para conocer el legado histórico de la ciudad y su evolución a lo largo de estos más de 2.000 años de historia. Durante todo el fin de semana se hacen pases gratuitos con reserva, lo que amplia la oferta existente. Aunque no es la única de las novedades de esta temporada, ya que los turistas que visitan la ciudad también tienen la oportunidad de conocer el refugio antiaéreo del Museu Diocesà y Santa Tecla la Vella, que abría sus puertas a inicios de marzo. Sobre este último espacio, Francisco Javier Castillo, de la empresa Expertus Turismo y Ocio afirma que «enriquece mucho el espacio del recinto catedralicio, ya que ahora no tan solo puede visitarse el Claustre y el Museu Diocesà, sino que tienes Santa Tecla la Vella, que vamos a ofrecer con guía», apunta.
En este primer trimestre la Catedral de Tarragona ha recibido alrededor de 16.000 visitantes, lo que representa un 7% más que durante el mismo periodo de 2019. De estos, aproximadamente el 80% es turismo nacional, mientras que el mercado francés y británico constituyen el grueso de la demanda internacional.
«Se prevé un muy buen año, ya que en 2022 todavía no se había recuperado del todo el turismo nacional después de la pandemia», afirma el responsable de esta empresa que gestiona el conjunto catedralicio.
Acceder al parking de la Plaça de la Font era misión imposible al mediodía. Este estaba completo y algunos de los visitantes tenían problemas para encontrar una mesa para comer. Y es que, ara transitar determinadas calles era necesario hacer un ejercicio de slalom, centrando toda la atención en no tropezarse con algún grupo o con un despistado con el patinete.
Prolongar la estancia
Los guías turísticos llevan unos días trabajando mucho. «El año pasado en febrero todavía había alguna afectación por la pandemia y estos días estamos con las escuelas paradas, pero los fines de semana se está registrando mucha afluencia. Se está hablando de Tarragona y tenemos más ocupación que antes de la Covid», apuntaba Xavi Mejuto, de la empresa Itinere. Esta ha programado visitas guiadas toda la Semana Santa y la demanda ha sido «muy buena». Ayer, que era el pico, se formaron hasta diez grupos con una veintena de inscritos en cada una. De momento, estas no incluyen la Volta del Pallol. «No la ofrecemos porque no sabemos muy bien como funcionará para los grupos el hecho que el aforo sea para 25 personas, así es que la estamos recomendando, porque está muy bien hecho y es muy emotivo», añade Mejuto.
Este considera que, con la oferta actual, la presencia de turistas «se está concentrando demasiado en la Part Alta», por lo que la ciudad debe ser capaz de ampliar el circuito incorporando nuevos atractivos. Esto, por otro lado, debe permitir prolongar la estancia y contribuir a «desestacionalizar» la actividad turística los 365 días del año.
En estas fechas, muchos de los visitantes vienen por la Processó del Sant Enterrament, que es Festa Patrimonial d’Interès Nacional. Gracias a esta, cada vez son más las personas que quieren ver de cerca y fotografiar los pasos y el rico patrimonio de la Semana Santa tarraconense, y una buena oportunidad es pasear por las iglesias donde se exponen algunos de estos misterios.
Esto ha convertido el turismo religioso en otro de los reclamos y ayer uno de los puntos de interés era la Església de Natzaret, en la Plaça del Rei, donde podía verse de cerca la imagen de La Soledat, con su imponente manto acompañado de los tradicionales claveles blancos. Este espacio está abierto todos los sábados, pese a ello, ayer el flujo de gente era constante, y nadie quería perderse la oportunidad de ver de cerca a la protagonista de la jornada. «Se ve a más gente que en otros años», afirmaba Rafael Pintado, Sotsprefecte de la Sang.
Sentado en un banco, Pintado y un pequeño grupo de amigos de la congregación comentaban la larga jornada del día anterior y reflexionaban sobre las posibilidades de una ruta por los espacios de la Semana Santa, complementando la oferta de la Tarraco romana. Esta es una opción que hace tiempo está encima de la mesa de la Agrupació. «Tiene que acabarse de ligar bien», decía.
Buen tiempo
Tanto los establecimientos hoteleros como los campings han colgado estos días el cartel de plena ocupación. Los días más fuertes fueron a partir de la tarde del jueves hasta la mañana de hoy, cuando han rozado el 100% de ocupación, mientras que en los días previos esta ha oscilado entre el 60 y el 85%. «La previsión del tiempo ha sido muy buena y la gente tiene ganas de salir», indica Roger Trillas, presidente de la Associació de Campings de Tarragona Ciutat.
Si el turismo se mostró preocupado por el incremento de precios y de los tipos de interés, de momento han podido comprobar como «la gente sigue haciendo gasto». Y aquí no tan solo influye que empiezan a llegar los primeros turistas extranjeros, sino que cada vez más, desde la pandemia, los campings han notado un incremento de clientes procedentes de la propia ciudad, que quieren disfrutar de unos días de desconexión, rodeados de naturaleza. «Sobre el global no llegamos al 10%, pero antes estábamos hablando de un 3 o un 4% y ahora significa que el internacional sigue viniendo y acabas de llenar con el de proximidad», explica Trillas.
La Semana Santa es un termómetro de cara a la temporada del verano y Tarragona viene de un año en el que se alcanzaron cifras máximas en cuanto a pernoctaciones. «Hablar de récords o no es difícil, pero en general la percepción es que será un buen año, similar al anterior», considera el presidente de la Associació Hotelera de Tarragona, Xavier Jornet.
Este defiende que la climatología y la oferta existente en la ciudad juegan a favor, aunque todavía estamos hablando de «un producto en bruto que debe pulirse» para conseguir la desestacionalización. «Se hacen muchas cosas pero todavía podrían hacerse más para generar cierta vida en la ciudad, porque al final esto es lo que crea run run, pero es lento», concluye.