«Si las grandes superficies abren los domingos, el mercadillo desaparece»

Los marchantes de Bonavista creen que la apertura de los comercios durante los festivos de verano podría perjudicar sus ventas, que ya se han visto reducidas en los últimos meses

05 mayo 2022 19:45 | Actualizado a 05 mayo 2022 22:40
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Preocupación entre los marchantes del mercadillo de Bonavista por la propuesta presentada por parte de los agentes comerciales, sobre abrir las tiendas los domingos y festivos de verano. Para todos es conocido que, en Bonavista, el domingo es sinónimo de mercadillo. «Si algún día llueve o amanece con viento, los turistas se irán a los centros comerciales, en lugar de venir a Bonavista. Solo nos falta esto. Si las grandes superficies abren sus puertas los domingos, estamos perdidos. Nos acabarán de hundir», explica Juan Benítez, miembro de la Taula de Comerç de la Federació d’Associacions de Veïns de Tarragona (FAVT) y marchante del mercadillo de Bonavista.

El colectivo se enteró de la propuesta por los medios de comunicación, «y, enseguida, empezaron a activarse los grupos de WhatssApp. Los marchantes se quejaban y se negaban», explica Benítez. El malestar surge la semana pasada, cuando sale a la luz que entidades, como la Cambra de Comerç o Pimec Comerç, están trabajando en buscar el consenso entre el tejido comercial de la ciudad, para poder abrir los domingos y festivos de verano. Y es que el gobierno municipal, siguiendo los pasos del Ayuntamiento de Barcelona, solo ve viable la opción siempre que se cuente con el visto bueno de todos los implicados. Tanto las grandes superficies comerciales como la tiendas más pequeñas.

La propuesta, que pese encontrarse en un estado embrionario, quiere implantarse a partir del 15 de junio y hasta el 15 de septiembre, habla de abrir los establecimientos de doce del mediodía a ocho de la tarde los domingos y festivos de los meses estivales. Lo cierto es que los pequeños comercios –de menos de 300 metros cuadrados– ya pueden hacerlo, pero la Cambra, Pimec y los centros comerciales buscan que se abra de manera sistemática y regular, para que Tarragona se convierta en un foco de atracción comercial a nivel de toda la provincia. Por su parte, desde el gobierno municipal se pone como condición que exista acuerdo entre todos los implicados. Por el momento, el consenso todavía no ha llegado, teniendo en cuenta que la mayor parte de asociados de la Via T –que representa más de un centenar de comercios de Tarragona– se niega en rotundo.

«¿Y a nosotros? ¿Alguien nos preguntará? ¿A alguien le importa nuestra opinión?», se pregunta Raquel Alonso, quien también regenta una parada en el mercadillo de Bonavista. «Para nuestro colectivo, esta iniciativa será muy perjudicial de cara a nuestras ventas. En cambio, beneficiará a las grandes marcas y a los centros comerciales, que ya trabajan suficiente durante toda la semana», argumenta Benítez. Dani Faura, quien regenta una parada de ropa en Bonavista, está convencido de que «si finalmente, la propuesta tira adelante, nosotros acabaremos desapareciendo, porque nos quedaremos sin el poco turismo que tenemos en verano».

Hace unos años, en los vestíbulos de los hoteles de Salou, Cambrils y de otros municipios costeros del territorio, había flyers informando de la existencia del mercadillo. Incluso se organizaban excursiones en autobús con destino Bonavista. De todo aquello, ya no hay nada. «En lugar de buscar soluciones para los peces más grandes y más influyentes, deberían encontrar la manera de promocionar un mercadillo que, poco a poco, está deteriorándose», opina Benítez.

El Ayuntamiento solo tirará adelante la propuesta si hay consenso entre el sector

«Además, nosotros no seremos los únicos perjudicados con la medida. En Bonavista, los domingos, hay un movimiento importante de personas, que generan también riqueza en las tiendas y restaurantes del barrio», explica el responsable de la Taula de Comerç de la FAVT.

Raquel Alonso vende artículos de cama en el mercadillo de Bonavista. «Si las grandes superficies abren, al principio la clientela se repartirá. Pero a medida que vayan pasando las semanas, escogerán los centros comerciales. Y es normal. Allí se está más fresco», alerta Alonso.

Un colectivo en riesgo

Para el colectivo de marchantes, esta medida podría ser la gota definitiva que acabaría colmando el vaso. «Las ventas han bajado a la mitad en los últimos meses», explica Alonso, quien añade que «antes venía gente desde Tortosa e incluso del entorno de Barcelona. Ahora no».

El sector también hace autocrítica y reconoce que el nivel y la calidad del producto no es el mismo que años atrás. «Antes podías salir del mercadillo de Bonavista vestido para una boda. Ahora no. Pero la culpa no es de los marchantes, sino de las tasas abusivas que estamos pagando. Los gastos son tantos, que nos limitan», explica Benítez. Muchos paradistas no tienen liquidez para hacer frente a la nueva temporada.

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