El Reus ha vivido un año convulso, sobre todo a nivel institucional, donde se han descubierto problemas económicos graves que han llevado a la plantilla a plantarse y a denunciar a la Sociedad Anónima Deportiva, de la que Joan Oliver es el máximo accionista y propietario con más del 90 por ciento de las acciones. Y eso que el pasado mes de abril, el club amenazó con construir un nuevo estadio en el término municipal de Riudoms, debido a sus tiranteces con el Ayuntamiento. Fue más bien una medida de presión para mejorar las cláusulas del acuerdo de licitación del Estadi municipal, a 25 años vista. Hoy, ese acuerdo todavía no ha fructificado debido a la crisis que ha acechado al club en los últimos meses.
Ya en la nueva temporada, se adivinaron problemas graves de tesorería, sobre todo cuando estalló la crisis de las fichas, en la última semana del mercado de verano, en pleno mes de agosto. LaLiga obligó al Reus a una ampliación de capital de cerca de tres millones de euros para poder inscribir a todos sus futbolistas. Dicha ampliación todavía no se ha producido. Así, hasta cuatro jugadores se quedaron sin inscripción. Jugadores capitales para el equipo, Vítor Silva, Yoda, Lekic y Tito, además de Isaac Cuenca, al que no dejaron fichar por el Reus. La crisis de las fichas fue el germen de cinco meses de pesadilla.
Desde agosto, la SAD ha vivido en una convulsión permanente. Los problemas se han agudizado con el paso de los días hasta llegar a tres meses de impagos a trabajadores, jugadores y cuerpo técnico. Los futbolistas llegaron a denunciar para poder salir en el mercado de invierno, con apertura en el mes de enero, pero Oliver ha reunido el dinero para pagar a once y asegurar, por lo menos, que el equipo siga compitiendo. La venta de la SAD, a la que aspira el propietario, todavía no se ha producido, a pesar de que se habla de un acuerdo cerrado con un grupo inversor extranjero. Nadie del Reus ha anunciado nada de forma oficial.
A nivel deportivo, el Reus cumplió con nota en su segunda temporada en el fútbol profesional, donde alcanzó el objetivo de la permanencia con solvencia, cinco jornadas antes de acabar el curso 2017-18. En verano, la dirección deportiva nombró a Xavi Bartolo primer entrenador, después de que Garai decidiera salir hacia el Numancia.
La plantilla llamaba al disfrute con la renovación de Yoda y la supuesta incorporación de Isaac Cuenca. Todo quedó en un espejismo. Ninguno de los dos ha podido debutar hasta el momento.
En la actual temporada, el desgaste y la exigencia de la Segunda División han pasado factura a un Reus en inferioridad de condiciones con respecto a sus rivales. Dispone solo de 16 fichas del primer equipo y se ha marchado de vacaciones con 17 puntos, en la zona de descenso directo. En enero, el club espera añadir futbolistas.
(Actualizado el 26 de diciembre)