Si desea usted rememorar el clasicismo espacial de Ray Bradbury, Isaac Asimov, Philip K. Dick o H. G. Wells, sepa que tiene una oportunidad de oro durante las madrugadas –de 22.00 h a 04.00 h– del próximo jueves al viernes y del lunes al martes de la semana que viene.
Serán las fechas en las que, desde el Port de Tarragona hasta Constantí el jueves y desde allí hasta Repsol Química el lunes, se transportará un reactor colosal al estilo de las naves espaciales puristas. No es el halcón milenario, ni se encontrará en el interior a Harrison Ford ni a Chewbacca, pero bien podría aparecer en Moonraker, (1979), en Star Wars (1977), en 2001: Una odisea en el espacio (1968), en Planeta prohibido (1956) o en Con destino a la luna (1950).
Transportará a las más veteranas y veteranos a aquellas construcciones incipientes de un espacio aún desconocido e inexplorado.
Parece que el elemento en cuestión se trata de una especie de ‘nave espacial’, pero es un reactor que ha llegado desde Asturias –pasando por el estrecho de Gibraltar– y que recorrerá la A-27, la ‘turborrotonda’ de la T-11 y la T-721 hasta el Polígon Nord, en La Pobla de Mafumet.
Todo ello durante la noche y requiriendo el desmontaje de postes, quince farolas, tres semáforos, barreras, 32 señales de tráfico en quince zonas diferentes, cables de telefonía, ramas de árboles, tres pancartas de autovía...
Un despliegue para un equipo de tres piezas: las dos de los extremos y la parte central. La primera sección –uno de los extremos del reactor– se trasladó en dos viajes entre la noche del lunes al martes y esta pasada madrugada. La segunda –el otro extremo y la parte central– se transportarán entre la noche del jueves al viernes y la del lunes al martes.