El encaje entre el sector químico y el turístico se antoja clave para el futuro del territorio. Así lo han manifestado tanto los representantes de Repsol como los de la Federació d’Associacions d’Empresaris d’Hostaleria de la demarcació de Tarragona (AEHT). El director del complejo industrial de Repsol en Tarragona, Javier Sancho, y el presidente de la AEHT, Francesc Pintado, han formalizado este lunes, en el Col·legi d’Enginyers Industrials de Tarragona, la colaboración entre sectores a través de un convenio que se extenderá durante este año y el próximo. Según han manifestado ambos, el documento se traduce, por una parte, en un soporte económico –de 30.000 euros– a las actividades de la AEHT, quien, por otro lado, tendrá a Repsol como principal suministrador de energía.
Preguntado sobre el parecer de los cruceros para la AEHT, Pintado ha declarado que los cruceros están creando pernoctaciones en la ciudad: «Queremos más, siempre que la ciudad pueda absorberlos». «Aunque no gasten en pernoctaciones ni en comidas, notamos que, a posteriori, muchos viajeros vuelven a pasar sus vacaciones aquí», ha añadido.
Más allá del convenio firmado entre Repsol y AEHT, ¿de qué forma casan química y turismo en un territorio como la demarcación de Tarragona? El director de la Càtedra d’Economia Local i Regional de la Universitat Rovira i Virgili (URV), Juan Antonio Duro, ha analizado las semblanzas y diferencias de química y turismo en el marco del territorio tarraconense: «La demarcación es un territorio altamente competitivo por muchos aspectos: La localización, las infraestructuras de transporte y comunicación, el capital humano y tecnológico, los centros de conocimiento, el acceso a los mercados... Ambos sectores comparten factores de competitividad».
En este sentido, Duro ha insistido en la importancia del feedback la industria y el turismo: «El sector químico puede incrementar al turismo, con la posibilidad de potenciar el ocio tras los viajes de negocios, y el turismo también puede favorecer a la química, ya que Tarragona es una zona atractiva tanto para trabajar como para vivir».
Otra similitud se halla en el hecho que tanto química como turismo utilizan infraestructuras como el Port de Tarragona. «El impacto va más allá de la producción directa: el turismo es señal de bienestar, y la química desencadena actividades para otros sectores», ha expuesto Duro.
La especialización
¿Por qué Tarragona debe especializarse en unos sectores y no en unos otros? Todo se resume, en palabras de Duro, en que «los territorios deben especializarse en aquellos puntos en los que tiene más ventajas competitivas sobre la media; además, hay que potenciar aquellos negocios que utilizan los recursos productivos de los que el propio territorio dispone». Por ello, tal como ha explicado el catedrático, la costa ha propiciado que se impulse el turismo: «Es lógico que nos hayamos especializado».
Sin embargo, según la teoría del síndrome holandés, no es recomendable poner todos los huevos en la misma cesta: «Tenemos que diversificar, sin que ello nos impida poner el foco en los sectores más productivos», ha comentado Duro. Según datos del catedrático, el sector terciario en Tarragona tiene una importancia inferior a la media catalana. Es inferior porque el sector industrial es siete y ocho puntos superior al de la totalidad de Catalunya.
«La complementariedad es importante porque, en el caso de que uno de los motores pase por dificultades, el otro puede compensar, y viceversa», ha argumentado. Es un aspecto que reduce la capacidad de la zona de sobreponerse a adversidades: «El Camp de Tarragona es uno de los puntos menos vulnerables».
Durante la pandemia y la pospandemia, el sector terciario, más difícil de medir estadísticamente hablando, redujo significativamente su peso a causa del confinamiento y de las restricciones de movilidad. Por contra, la industria no experimentó ningún bache significativo.
Para el delegado del Govern en Tarragona, Àngel Xifré, «también se ha de tener en cuenta el sector agroalimentario, que es la tercera pata; la demarcación es una zona suficientemente diversificada». «A pesar de la polémica inicial, la convivencia de ambos sectores es imprescindible», ha añadido. El presidente del Col·legi d’Enginyers Industrials de Catalunya, Fernando Torres, ha indicado que «los ingenieros se verán muy beneficiados por esta colaboración».
Desde Repsol, Sancho ha destacado que «además de turismo e industria, en la zona hay muchas riquezas que no son conocidas, por cantidad y por variedad, pero no somos capaces de exportarlas como deberíamos». En la misma línea, Jeroni Castell, chef del restaurante ‘Les Moles’, ha reivindicado el papel de las Terres de l’Ebre: «También es un motor importante por lo que a gastronomía respecta». «Ya hace años que decimos que hay destinos que no son de sol y playa y que deben promoverse más», ha apuntado Pintado.
El acto también ha acogido la adhesión al Consell d’Experts de la AEHT de Rafel Múria, chef del restaurante Quatre Molins, de Cornudella de Montsant, galardonado recientemente con la distinción Sol Repsol. Múria también ha sido obsequiado con la Chaquetilla de la Federación como muestra de bienvenida.
euros es la cantidad que Repsol aportará a la AEHT durante los dos años que durará el convenio: 15.000 en 2023 y 15.000
en 2024
l La falta de agua puede significar un gran problema para el sector primario este próximo verano. «Tanto el Camp de Tarragona como las Terres de l’Ebre pueden enfrentarse a una crisis en el caso de que el riego se tenga que desarrollar de forma no habitual», indicó el delegado del Govern en Tarragona, Àngel Xifré.