Las obras del túnel de Roda de Berà alterarán completamente el servicio ferroviario del corredor sur durante un periodo de más de cinco meses, en el que se interrumpirá íntegramente la circulación en el tramo Tarragona- Sant Vicenç de Calders. El calendario todavía no está cerrado por parte de Adif. Pese a ello, el plan de actuaciones del administrador público sitúa el inicio de los trabajos el próximo 24 de septiembre hasta el 2 de marzo.
¿Por qué son tan importantes estas obras? ¿A quién beneficiarán? La actuación hace referencia a la adaptación al ancho internacional del túnel de 421,8 metros de longitud, ubicado entre las estaciones de Torredembarra y Sant Vicenç de Calders. Actualmente esta infraestructura está preparada para el ancho ibérico (1.668mm) por lo que, para poder dar continuidad al trazado del tercer carril que plantea el Corredor del Mediterrani, se hace necesario acondicionar esta infraestructura también para el ancho internacional (1.435 mm).
Los pliegues técnicos incluidos en el contrato de licitación concretan los detalles del proyecto, teniendo en cuenta que la adaptación de esta infraestructura ahora mismo constituye uno de los últimos obstáculos para que los trenes de mercancías puedan salir desde Tarragona hacia el centro de Europa, sin necesidad de transbordos.
Para ello se hace necesario aumentar el gálibo de dicha cavidad, lo que se conseguirá a partir de un rebaje de la plataforma ferroviaria en el interior del túnel, con una excavación máxima en la solera actual de 100 metros. Asimismo, también se prevé la retirada de la bóveda existente por un sostenimiento a base de gunita, así como su impermeabilización completa con un nuevo sistema de drenaje.
Las obras –por valor de 18 millones de euros– también afectarán a la parte de fuera del túnel, donde además está prevista la instalación de pantallas acústicas. En paralelo, durante este mismo periodo también están previstos trabajos de adaptación al ancho estándar en la estación de Torredembarra y Altafulla, así como en la cabecera norte de la terminal ferroviaria de Tarragona.
¿Resolverá esto los problemas del servicio de Regionals y media distancia con Barcelona? No. La instalación del tercer carril en la vía de la costa ahora mismo tan solo beneficia las mercancías. En su momento, cuando se planteó esta solución se apuntó la posibilidad de que los viajeros también pudieran beneficiarse del ancho internacional, para mejorar las conexiones con la capital catalana, reduciendo el tiempo de recorrido y mejorando la fiabilidad en el servicio.
Para ello tenía que hacerse una interconexión de vías, de forma que los convoyes de la vía convencional pudieran incorporarse a la línea de alta velocidad Madrid-Barcelona, como puede apreciarse en el mapa adjunto. Se pusieron varias opciones encima de la mesa, teniendo en cuenta que se estudió los diferentes puntos en los que ambas plataformas prácticamente se tocan y, por tanto, podía hacerse esta interconexión de forma ‘sencilla’ y ‘económica’. Una de estas alternativas situaba esta interconexión en la zona de Altafulla, lo que permitía que prácticamente el 93% del recorrido pudiera hacerse por la línea Madrid-Barcelona. L’Arboç y Subirats eran otras de las alternativas que se plantearon en su momento, por parte de las plataformas de usuarios del transporte público.
No obstante, desde el Ministerio de Transportes no se ha apostado nunca por esta opción y no se ha recogido en ningún proyecto. Esto hará que las obras que actualmente se están haciendo sobre la vía, y que están comportando importantes afectaciones sobre el transporte de viajeros, no puedan acabar repercutiendo en una mejora para los usuarios. El territorio no ha sabido jugar sus cartas.