El Ayuntamiento de Tarragona ha dado los primeros pasos para que el barrio de la Part Baixa también tenga un Centre Cívic. Este se ubicará en la planta baja del edificio número 8 de la calle Santiyán, un inmueble de titularidad municipal, abandonado desde los años ochenta y que los vecinos vienen reivindicando que se recupere como equipamiento para el barrio desde hace mucho tiempo.
La administración pública ha adjudicado al arquitecto Ramon Corbella la redacción del proyecto de rehabilitación, el cual afecta inicialmente a la recuperación de esta planta baja. Esta ocupa una superficie de unos 600 metros cuadrados, en los que antiguamente –cuando el inmueble fue la sede de la policía nacional– incluso había unos locales que se utilizaron como talleres y un colmando.
La idea es poder recuperar estos espacios para habilitar salas polivalentes en las que puedan celebrarse desde exposiciones, a presentaciones de libros, conciertos y todo tipo de actividades culturales y sociales para el barrio. Asimismo, el espacio también dispone de un patio interior, que quiere adaptarse como zona ajardinada y en el que podría adaptarse una pequeña terraza, teniendo en cuenta que quiere recuperarse la antigua cantina como cafetería.
Corbella asegura que el estado de conservación del inmueble «está mejor de lo que nos esperábamos, teniendo en cuenta que no se ha hecho un mantenimiento desde hace más de cuarenta años». El proyecto ejecutivo será el que definirá la actuación que debe llevarse a cabo para acondicionar un espacio que en sus orígenes estuvo vinculado a la actividad comercial del puerto y que posteriormente fue sede de policía nacional y escuela religiosa.
Corbella avanza que «lo que se plantea es una recuperación modesta, para actualizar las instalaciones y repararlas con un bajo presupuesto, mientras se estudia qué se hace con el resto del edificio». La parte más significativa es la que hace referencia a la limpieza y saneamiento de las dependencias, teniendo en cuenta que en varias ocasiones ha habido ocupas, además de palomas.
Con todo, los primeros cálculos sitúan entre 100.000 y 150.000 euros la inversión necesaria para que el centro pueda abrir de cara al público.
El concejal de Territori, Xavier Puig, asegura que el objetivo es que Santiyán «se convierta en un equipamiento que ejerza de punto de encuentro para los vecinos del barrio y de polo de atracción que invite a los vecinos del resto de la ciudad a bajar al Barri del Port». Este es un proyecto en el que se ha trabajado codo con codo tanto con la Associació de Veïns del Barri del Port, como con la Xarxa de la Marina, y que quiere ser un primer paso para revertir el déficit en equipamientos, de acuerdo con el análisis que hacía el Pla Integral de la Part Baixa.
En la anterior etapa el Ayuntamiento de Tarragona cedió el edificio a Incasòl para la construcción de viviendas de protección oficial. Pese a ello, «vimos que es un edificio con cierto valor patrimonial y que era más sostenible rehabilitarlo», indica Corbella. En este sentido, tanto los vecinos como la Xarxa protagonizaron en noviembre del año pasado un acto reivindicativo para la reapertura de este espacio.