Tarragona quiere un parking convencional en el Jaume I

El gobierno local trabaja para que el aparcamiento previsto en la Part Alta sea una realidad sin ser ‘inteligente’. El alcalde reconoce que se trata de una actuación para más allá del 2027

19 febrero 2024 21:00 | Actualizado a 20 febrero 2024 07:00
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El alcalde Rubén Viñuales (PSC) quiere desbloquear el parking Jaume I para que sea un aparcamiento «convencional». Justo hoy se cumplen 16 años desde que el 20 de febrero de 2008 el entonces Primer Edil, Josep Fèlix Ballesteros (PSC), anunciara públicamente la decisión de paralizar unas obras que, desde junio de 2002, ya habían supuesto un endeudamiento de más de 25,7 millones de euros para las arcas municipales sin que, además, la instalación haya podido funcionar nunca con el sistema robótico previsto inicialmente, esto sí, con un presupuesto infinitamente inferior: 3,9 millones.

Ahora, tras una década y media con el agujero del Casc Antic cerrado –y pocos meses después de que el juez archivara definitivamente la vía penal sin apuntar a ningún responsable por el sobrecoste de más de 21 millones de euros–, el nuevo gobierno municipal confirma al Diari que trabaja para reactivar el proyecto y reconvertir el parking inteligente previsto en 2002 en un aparcamiento convencional, esto sí, para más allá del 2027.

«Tenemos muy claro que Jaume I debe ser un parking convencional, porque es la única opción para ese espacio», indica en declaraciones a este periódico el alcalde Viñuales quien, esto sí, se muestra pragmático con el posible calendario. «Es realista pensar que no se hará en este mandato», añade el máximo responsable municipal, quien de esta forma reconoce que será muy difícil que el esperado equipamiento ubicado frente al Rectorat de la Universitat Rovira i Virgili (URV) pueda ser finalmente una realidad antes del año 2027.

319 plazas previstas en 2012

Cuando tire hacia adelante el plan para reactivar el Jaume I, el Ayuntamiento adaptará y recuperará un proyecto elaborado en 2012 para reconvertir el agujero en un aparcamiento «normal», con un total de 319 plazas mediante una inversión que en 2022 se cifró en unos 5,6 millones de euros.

Hoy se cumplen justo 16 años desde que el ex alcalde Ballesteros (PSC) paralizara las obras

Según el dibujo de hace una década, el parking contaría con cinco niveles, con acceso desde la calle Roser y salida en Puig d’en Pallars. Del global de estacionamientos, 223 serían para la rotación, mientras que 96 se destinarían a la venta, a un precio de 25.000 euros según las estimaciones de hace tiempo. Cabe señalar que en 2012 se sacó la construcción y gestión a concurso público, en una licitación que quedó desierta por la falta de interés de las sociedades privadas.

La inversión prevista ahora, pues, se sumaría a los 25,7 millones –más intereses– que ya ha comportado un endeudamiento que se arrastrará, como mínimo, hasta el año 2043.

ERC quiere un rocódromo

Pese a que el 7 marzo de 2022, cuando se conoció el archivo inicial de la causa penal, el entonces primer teniente de alcalde y presidente de la EMT, Jordi Fortuny (ERC), anunció en rueda de prensa que la postura del gobierno liderado por Esquerra era que «el parking convencional es una opción muy madura» –detallando que «ya estamos estudiando la financiación»–, ahora el principal partido de la oposición ha dado un giro de 180 grados, volviendo a una propuesta lanzada en diciembre de 2019 por el entonces concejal de Urbanisme, Xavier Puig (ERC): un rocódromo.

Así lo asegura la actual portavoz de ERC, Maria Roig. «Debe ser una prioridad para este mandato. Es importante dejar atrás la nostalgia de un aparcamiento dentro de la Part Alta, ya que poner más coches dentro del Casc Antic va en la línea opuesta a dar más espacio y seguridad para los peatones», indica la edil republicana, quien añade que la propuesta de Esquerra es un rocódromo indoor «de grandes dimensiones, uno de los mayores de Europa». «Se trata de una propuesta de valor añadido, que ofrece un atractivo diferencial para nuestra ciudad y que responde a una demanda tanto en la ciudad como en el territorio». A juicio de Roig, se trata de un plan que «aprovecha las propias características del espacio –soterrado, tapado, con paredes altas y un espacio diáfano–para sacarle el provecho más valioso».

Solo el PP apoya el plan del gobierno municipal. Junts y ECP piden «una solución de consenso»

Quien también tiene claro qué quiere en el emplazamiento es Maria Mercè Martorell (PP). «Debe ser un parking convencional para hacer frente a la desastrosa política de aparcamientos del gobierno municipal», indica la edil popular, quien se muestra convencida de que «con voluntad política, podríamos aparcar en el Jaume I en 2027».

Junts, ECP y Vox, sin propuesta

Desde Vox, su portavoz –Javier Gómez– no se moja. «No parece posible por el enorme gasto que supondría su reestructuración o adaptación a un hipotético uso, además de no haber ninguna partida presupuestaria planificada al efecto, sobre un proyecto que no existe», indica en relación a una posible solución de futuro.

Tampoco se define demasiado Jordi Sendra (Junts), quien hace dos décadas formó parte, junto a Martorell (PP), del gobierno local liderado por Nadal (CiU) que gestionó la primera fase de las obras. «Después de 12 años del PSC y 4 de ERC, es evidente que debemos encontrar una solución», indica el portavoz juntaire, quien detalla que «debe escucharse a los vecinos y apostar por una solución de consenso».

Finalmente, Jordi Collado (ECP), cree que el Jaume I «no debe ser un parking», y pide al ejecutivo de Rubén Viñuales que «abra el melón ya para poder tener una alternativa en marcha el próximo mandato».

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