Todos los caminos llevan a la R2 Sur. De esta forma podría resumirse la situación que se está registrando en la estación de Sant Vicenç de Calders, desde que ha empezado el corte ferroviario. «He llegado con el autobús y en la pantalla anunciaban la vía para el Rodalies y, en cambio, no decían ni la hora ni la vía del Regional. ¿Y qué hace la gente? Al final, si uno tiene que ir a trabajar y tiene miedo de llegar tarde acaba subiendo al primer tren que llega. No es normal que acabemos viajando como cerdos, porque había tanta gente que no se podía respirar», explica Antonio Altuna, que había salido desde Tarragona.
Este se está convirtiendo en uno de los principales puntos débiles del plan de alternativas de transporte que se activó el martes. Cuando los usuarios del autobús llegan a la estación del Baix Penedès, se montan al primer tren que pasa y no discriminan si es un convoy de Rodalies o de Regionals. Al final, esto se traduce en convoyes abarrotados y gente tirada en los andenes que a penas puede subir, mientras minutos más tarde puede pasar un medio distancia prácticamente de vacío.
«El problema es que no tienen controlados los trenes de Sant Vicenç de Calders y si nadie te dice cuándo llegará el Regionals, los viajeros optamos por una línea que ya está muy congestionada y tensionada», indica la portavoz de la plataforma Dignitat a les Vies, Ana Gómez Llauradó. Recordemos que los únicos servicios de media distancia que desde esta estación siguen en dirección sur son los de la R-13 y la R-15 –que son los de Reus, que ahora son desviados a través de La Plana-Picamoixons–. No obstante, en estos primeros días estos últimos han sufrido algunos retrasos y cuando la gente de los autobuses llega a Sant Vicenç de Calders, como se encuentra que los horarios autobús-tren no coinciden, estos se tiran en masa sobre el primer convoy que se dirige a Barcelona.
David Cortés cogía el tren de las 7.07 horas de la mañana desde Segur de Calafell. Esperando en el andén había más o menos la misma afluencia de todos los días, que son los que entran a trabajar a primera hora en Barcelona. No obstante, cuando llegó el convoy –que iba con más de quince minutos de demora– este iba «abarrotado».
Trenes con menos plazas
Los usuarios de esta línea aseguran que durante la semana pasada estos servicios de primera hora de la mañana se cubren con trenes simples, lo que hace que muchos viajeros tengan que ir de pie. «Antes nos venían vehículos de doble plana o si eran con una única altura ponían dobles composiciones, porque entre las 6.40 horas de la mañana y las 8 se hace un desembarco a Barcelona», argumenta.
Ayer miércoles por la mañana, la gente que esperaba en los andenes de Segur de Calafell todavía pudieron hacerse un hueco y «apretados» como en una lata de sardinas consiguieron viajar «de pie y apretados». Sin embargo, ya en Cunit la cosa se complicó y en Cubelles ya no cabía ni un alfiler.
La situación es especialmente caótica en las horas punta y ya el martes por la tarde se registraron las primeras escenas de tensión. «Una mujer quería que la gente se apretara porque no había forma de que pudiera entrar al tren y hubo un momento de tensión», explica David Cortés. Este usuario habitual de la R2 Sur asegura que las escenas de «conflictividad» y «posibles agresiones» son «bastante habituales» en esta línea, «independientemente de si hay corte ferroviario o no». «La gente tiene que ir a trabajar y antes teníamos el problema de las Rodalies y ahora tenemos también el de los Regionals, y si tenemos que estar así durante cinco meses será una locura», dice.
Más paradas
El alcalde de Cunit, Jaume Casañas, ya se ha puesto en contacto con Rodalies Renfe para que pueda «buscarse una solución» de cara a los usuarios de los municipios afectados. «Al final el Pla d’Alternatives de Transport sobre el papel aguanta, pero si no se coordinan los horarios, por mucha voluntad que haya la gente coge el primer tren que llega», manifiesta.
La preocupación es qué pasará si poco a poco el servicio ferroviario va registrando un incremento de usuarios, después de que en los primeros dos días desde la interrupción del servicio entre Tarragona y Sant Vicenç de Calders se ha registrado una disminución de los usuarios. «No aguantaremos esto durante seis meses», afirma este representante municipal.
Casañas estuvo el martes comprobando cómo se vivían las primeras horas del corte y explica que «había cuatro o cinco informadores, pero cuando la gente llega pregunta para ir a Barcelona, no si es un Rodalies o un Regional». Por este motivo, cree que deberían «reformularse» algunos servicios y que los trenes de media distancia de primera hora de la mañana no sean exprés, sino que también hagan las paradas intermedias para evitar que la gente se quede en los andenes.
En concreto, lo que se propone es que «al menos» se sumen la paradas de Calafell, Segur de Calafell, Cunit y Cubelles, ya que a partir de Vilanova i la Geltrú ya se refuerzan las conexiones con Barcelona. «No me quejo de que toda esta gente esté subiendo a la R2 Sur, sino que no se refuerce el servicio y que en Cunit este sea el mismo ahora que hace tres años, cuando hemos crecido en 3.000 personas», indica.
Desde el operador Renfe se asegura que estos primeros días en los que se está implantado el Pla Alternatiu de Transport deben servir como «prueba» para poder detectar este tipo de problemas. A partir de ahí, la compañía defiende que «se estudiará» si pueden introducirse mejoras que acaben ajustando las demandas, de acuerdo con la nueva realidad impuesta por las obras.
Precisamente, los primeros cambios se verán precisamente en Sant Vicens de Calders donde está prevista una mejora de la señalización y de los caminos de los usuarios desde la estación a los autobuses.
Hay que tener en cuenta que la R2 Sur es una línea muy tensionada, que desde hace tiempo supone un auténtico vía crucis para sus usuarios, teniendo en cuenta que también se ha visto afectada por varios proyectos de obras.
Prioridad de paso
Asimismo, desde las comarcas del sur de Catalunya hay la reivindicación que los servicios de Regionals tengan prioridad respecto a los de Rodalies, de forma que se evite que los primeros queden ‘atascados’ detrás de un tren que hace todas las paradas. Esta es una de la ‘batallas’ que los representantes de la plataforma Dignitat a les Vies pondrán encima de la mesa, de cara a la reorganización de los servicios del sur que quiere hacer Renfe después de las obras. ¿Y mientras tanto? La portavoz de la plataforma cree que lo que podría hacerse es que «los informadores dejen muy claro que habrá un Regionals».