Salvador Minguella y Judith Sentís son las dos caras visibles de la asociación de comerciantes más representativa de la ciudad: la Via T. Presidente y dinamizadora hablan con el Diari sobre la propuesta que ha impulsado la Cambra de Comerç de Tarragona, que apuesta por abrir los comercios los domingos y festivos de verano. Minguella y Sentís también valoran en qué punto se encuentra el comercio en nuestra ciudad.
¿Los asociados de la Via T están de acuerdo en abrir domingos y festivos de verano?
Salvador Minguella: Mayoritariamente no.
Judith Sentís: Hicimos una encuesta y el resultado fue: el 60% de los comerciantes en contra, el 30% que lo intentarían, y el resto no lo sabían. Representamos unos 140 empresarios de la zona centro.
¿Quién y por qué se hizo la encuesta?
J.S.: La lideramos nosotros como Via T tras la propuesta de la Cambra. Nos pedían una respuesta rápida y no podíamos tomar la decisión de forma unilateral.
S. M.: Que nos llegue la idea en mayo para implementarla en junio es muy justo de tiempo.
¿Cuáles son los motivos que argumentan los asociados para defender la opción de no abrir tiendas los domingos?
S.M.: La mayoría opina que esta acción debería estar acompañada de una buena campaña de comunicación y promoción. Si abrimos, pero nadie lo sabe, no servirá de nada.
J.S.: Nos piden que abramos puertas los domingos cuando, actualmente, hay muchas tiendas que cierran incluso los sábados. En cambio, vemos largas colas para entrar en los grandes centros comerciales...
¿Qué deberían hacer los impulsores para acabar convenciendo al pequeño comercio?
S. M.: Es difícil convencer a un empresario que está solo detrás del mostrador. ¿Qué debe hacer? ¿Trabajar los siete días a la semana? ¿Dónde queda la conciliación familiar? Y no son pocos en estas circunstancias...
J.S.: Sería importante que, de alguna manera, nos garantizaran el éxito.
Esta semana ya empiezan a llegar cruceros...
S. M.: Benefician, sobre todo, a la Part Alta y a la restauración. Las tiendas no lo notamos mucho. Lo probamos y no resultó como pensábamos. Y es lógico. ¿Quién pasea y compra por la Rambla, un domingo a las doce del mediodía, a pleno sol? Nadie. La gente prefiere ir a zonas más cercanas a la playa, como Altafulla o Cambrils. Lo que tienen que hacer es llevar a cabo actividades para que los sábados se llene la zona centro. Cuando los sábados estén a tope, ya abriremos los domingos.
El Ayuntamiento dice que solo aprobará abrir los domingos si hay el consenso de todo el tejido comercial. ¿Hay tiempo suficiente para conseguirlo antes del verano?
J. S.: Yo lo veo muy complicado. La gente está muy sensible con el tema. No es que nos cerremos en banda, es que no queremos comprometernos con algo a lo loco, sin pensar en las consecuencias. Lo mejor sería trabajar la propuesta y, si conviene, aplicarla el año que viene.
¿Cuándo se ha enterado la Via T de las intenciones de la Cambra?
S. M.: Hace muy poco, la verdad. Nos consta que se han llevado a cabo varias reuniones, pero no hemos estado presentes en casi ninguna.
El concejal de Comerç, Dídac Nadal, pone como condición para abrir los domingos que se contrate nuevo personal. ¿El pequeño comercio tiene capacidad para hacerlo?
J. S.: En principio, esto no sería problema. Hay la posibilidad de hacer contratos puntuales. Es muy importante que esta medida no signifique un aumento de horas para los trabajadores. Si la cosa acabase funcionando y se registraran ventas, al comercio no le importaría contratar a más gente.
¿Por qué hay tantas tiendas, e incluso restaurantes, que cada vez más optan por bajar la persiana los sábados?
J. S.: Muy sencillo. Porque no les sale a cuenta abrir. Muchos de los empresarios están solos, y deben hacerlo todo ellos. Desde las comandas, hasta llevar las redes sociales. Necesitan descansar y, el sábado, tradicionalmente en Tarragona, es flojo.
¿Cuál es el motivo?
J. S.: No solo es uno, pero que el entorno de la Plaça Corsini y el interior del Mercat Central esté prácticamente cerrado tiene alguna cosa que ver. Se produce una especie de efecto dominó y la gente ya no se acerca a la zona centro.
¿Es un buen momento comercial para la ciudad?
S. M.: Podríamos decir que sí. Prueba de ello es que se están abriendo algunas tiendas y que cada vez son menos los locales vacíos. Lo que pasa es que el pequeño comercio siempre sufre respecto a las grandes cadenas y marcas. Ya sea por la capacidad de invertir, de renovar las tiendas o de usar las redes para atraer a nuevo público. Justo por eso es necesario que las administraciones protejan, más de la cuenta, a los pequeños comercios que, al fin y al cabo, son el ADN de las ciudades. Si acaban desapareciendo, será una lástima.
¿Tienen contabilizadas las nuevas tiendas abiertas?
J. S.: En lo que llevamos de año, estaríamos hablando de entre 20 y 25 nuevos comercios.
¿A qué se debe este auge de aperturas?
S. M.: Seguro que la bajada de precios del alquiler de los locales tiene alguna cosa que ver. Me consta que así está siendo. Ahora, lo que quiere el propietario es tener garantía de cobro. Además, después de una crisis como la que acabamos de vivir, el espíritu emprendedor resurge de una manera u otra.
En los últimos meses, desde la concejalía de Comerç, se han llevado a cabo programaciones y actividades especiales para dinamizar el comercio de la ciudad. ¿Este esfuerzo se ha visto reflejado en el número de ventas?
J. S.: La gente está contenta y cuando organizas iniciativas como estas, los tarraconenses respondemos. Ahora, desde la Via T nos interesa mucho atraer al público joven, a los adolescentes. Vemos que Tarragona no es suficientemente atractiva para ellos. Hay que cambiar de estrategia.
¿Qué más podría hacer el Ayuntamiento para dar un empujón al sector?
S. M.: De esto quería yo hablar. Existe la leyenda de que aparcar en Tarragona es más caro que en Reus. Y es mentira. El problema es que el Ayuntamiento no lo ha explicado lo suficiente, no lo ha promocionado y, por lo tanto, no acabamos de romper con el mito. ¿Y quiénes son los perjudicados? Nosotros, los comerciantes.
¿La peatonalización de la calle Canyelles y la futura Illa Corsini son el revulsivo necesario?
J. S.: Sí, siempre que no se llene de bares, como ya hemos visto en algunos puntos. Sufrimos con ello.
¿La presencia de tantos bares perjudica al comercio?
J. S.: Sí. Podría frenar inversiones. El entorno de Corsini estaba pensado como una zona comercial. Finalmente se ha convertido en un punto donde tomar algo. Cierran tiendas, abren bares.
S. M.: Es imprescindible que se lleve a cabo un plan estratégico; un plan de usos que regule estos asuntos. Ya se había empezado con uno. El problema es que cada vez que cambia el gobierno municipal empezamos de cero. Así no avanzamos.
Este fin de semana comienza Tarraco Viva. ¿Habrá nuevos clientes?
J. S.: Sinceramente no nos llega ningún tipo de información. No nos vinculamos porque nadie nos dice nada. Este es el problema de que cada concejalía vaya a la suya, sin pensar en conjunto.
S. M.: Aquí se pone de manifiesto la falta de comunicación entre los departamentos de Turisme y Comerç, y también en otras áreas. Al final los que acabamos pagando esta descoordinación somos nosotros.
¿Y para acabar, la llegada de Ten Brinke es una amenaza para el pequeño comercio de la ciudad?
J. S.: Se han dicho tantas cosas que tampoco sabemos del todo bien cómo será. Lo que tenemos claro es que no nos beneficiará. Lo que no entendemos es que se apueste por algo así, cuando la Fira de Reus no está funcionando.