Unos 120 pescadores de la demarcación de Tarragona viajan hasta Madrid para mostrar su disconformidad con la propuesta de la Comisión Europea, que pretende reducir a 28 los días de pesca a partir del año que viene.
A las tres de la madrugada, la expedición salía en autobús desde la Confraria de Pescadors de Tarragona. La primera parada era recoger a los compañeros de Cambrils. A la misma hora, y desde L’Ametlla de Mar, salía otro autobús, también con los pescadores de La Ràpita.
La intención es llegar sobre las once de la mañana a la capital española. A la una hay convocado el primer acto delante de la sede de la Comisión Europea en España. A las seis de la tarde, habrá otra concentración en el mismo punto.
Los pescadores están dispuestos a llegar hasta el final para que la medida europea no prospere. “Si se salen con la suya, la pesca en el Mediterráneo desaparecerá”, dicen los pescadores.
Están enfadados, indignados y poco esperanzados. El colectivo cree que no habrá lugar para las negociaciones.
La manifestación se celebra hoy, coincidiendo con el Consejo de Ministros que tendrá lugar esta mañana en Bruselas. Allí se debatirá la propuesta.
Los pescadores quieren hacer presión y dar apoyo al ministro de Pesca español, Luis Planas.
Ramon, uno de los pescadores, pregunta a si compañero de asiento cómo ve el futuro. Todos coinciden: mal, oscuro, no hay futuro. Tres asientos más atras, otro pescador asegura que si se abrieran los desguaces, la mayoría de embarcaciones se acogerían a la medida.
Entre los pescadores, también viaja un restaurador, Òscar Gurrea, de Ca L’Eulàlia. Gurrea se manifiesta porque dice que a él también le afecta si deja de haber pescado fresco. “Si los pescadores palman, yo también palmo”, dice Gurrea, quien hasta hace 14 años también era pescador.
Quedan por delante siete horas de autobús. Los pescadores van a luchar por su futuro.