Un grito al unísono de Tarragona por la igualdad

Centenares de mujeres salen a las calles para reivindicar su empoderamiento: «Somos altavoces de las que no están y de las que no han podido venir. Cada día es 8M»

08 marzo 2024 20:03 | Actualizado a 09 marzo 2024 07:00
Se lee en minutos
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Nada que celebrar y mucho que reivindicar. Que el ocho de marzo no es una fiesta es algo que las plataformas y colectivos feministas se han encargado de repetir en cada concentración, así como que cada día es ocho de marzo. Que cada día debe serlo porque de nada sirve involucrarse durante 24 horas y hacer oídos sordos 364 días al año.

Centenares de mujeres llevaron ayer la lucha hasta las calles de Tarragona, que quedó teñida de púrpura. La energizante voz de las mujeres que ayer salieron a reivindicarse –tanto por la mañana como por la tarde en la concentración que la Plataforma 8M del Camp de Tarragona convocó en Corsini– resonó en cada recoveco de la ciudad. Con un desenfreno especial. Una historia en cada cara y la sensación que cada grito era más fuerte que el anterior. Que cada grito debía ser más fuerte que el anterior.

$!Instante de la manifestación. Foto: Àngel Ullate

Por la justicia social de las mujeres, por el fin de la precariedad laboral, por el suelo pegajoso y el techo de cristal, por la violencia machista, por las muertes de refugiadas en el Mediterráneo, por el respeto a los derechos conseguidos y la no invisibilización de los prejuicios que aún a día de hoy siguen sufriendo.

Huelga decir que los motivos sobraban. Meri y Natàlia fueron dos de los centenares de personas que ayer tomaron Tarragona. Integrantes de la Plataforma 8M, que aglutina a diversas organizaciones y colectivos feministas, apuntaron que las reivindicaciones de las mujeres siguen llenas de razones: «Seguiremos luchando contra las estructuras opresivas que nos colocan en una situación de injusticia y contra la violencia directa que han de sufrir las mujeres trans, las mujeres racializadas, las mujeres migrantes, las mujeres trabajadoras y las personas no binarias».

«No nos falta rabia porque, aunque hayamos ganado muchas batallas, este mundo cisheteropatriarcal, racista y capitalista en el que vivimos nos sigue llevando hacia la precariedad y hacia la ola reaccionaria de extrema derecha que está apareciendo ante la lucha feminista». «Nos organizamos cada día y hemos nacido para vencer. Nos encontrarán de cara porque las que estamos aquí hacemos de altavoz de las que hoy no están y de las que no han podido venir».

«Si tocan a una, nos tocan a todas». «Quiero vivir, no sobrevivir». «No estamos todas:faltan las precarizadas, las palestinas, las migradas, las asesinadas, las presas», carteles de manifestantes

La de convertir la rabia en la revolución fue la principal consigna de la manifestación matinal, que aglutinó a diversos movimientos feministas del territorio. No estuvieron oficialmente CCOO ni UGT, cuya marcha conjunta comenzó también a las 12.00 horas, pero desde la plaza de la Dona Treballadora hasta la plaza de la Font.

Dichos sindicatos reclamaron una mayor corresponsabilidad, especialmente en funciones como los cuidados, y denunciaron que no se les dejó participar en la manifestación unitaria de la Plataforma 8M del Camp:

Las concentraciones paralelas provocaron que la cifra de asistentes se redujera de las cerca de 3.000 del año pasado a las cerca de 500 de este 2024. Por otra parte, y en la línea de los años anteriores, tampoco se registró ninguna convocatoria de huelga para este ocho de marzo.

La marcha de la Plataforma 8M también partió desde la Imperial Tarraco y pasó por la Rambla Nova hacia Corsini y la calle del Gasòmetre. Allí, ante la sede de Vox, hubo silbidos, gritos y consignas contra la extrema derecha.

$!Instante de la manifestación. Foto: Àngel Ullate

De allí, el recorrido fue hasta la plaza de la Font por las calles Unió, Sant Francesc, August, Sant Agustí, Rambla Vella y Sant Fructuós. Frente al Ayuntamiento, Amina, la presidenta de la Associació Palestina Àrab Unida de Tarragona, leyó un manifiesto de apoyo a las mujeres palestinas: «Han sido sometidas a una limpieza étnica y no pueden conseguir ni una barra de pan ni una gota de agua potable».

Además, desde la Plataforma 8M se denunció que las instituciones «solo pretenden hacerse las fotos de rigor y cumplir con la obligación de la agenda política en lugar de plantearse seriamente cambios estructurales para mejorar la vida de las mujeres».

Tras una comida popular en la plaza de la Font, la jornada se cerró a las seis de la tarde en Corsini con las lecturas de poemas en solidaridad con el pueblo palestino. Todo bajo el lema de que, efectivamente, la lucha continúa.

Comentarios
Multimedia Diari