La reducción de frecuencias del transporte público ha venido acompañada de otras medidas de prevención para aumentar la seguridad. «Si el taxi es un turismo convencional solo puede cargar a una persona, que se debe sentar en la parte de atrás», explica Joaquim Olivé, presidente del gremio de taxistas en la provincia. Desde los primeros días del estado de alarma, estos conductores se ataviaron con guantes, mascarilla y gel desinfectante. En las últimas semanas, además, algunos han incorporado incluso mamparas de separación entre el chófer y los pasajeros.
También algunas compañías de autocares han instalado mamparas para proteger al conductor y cintas en los pasillos para restringir el aforo. Actualmente, la afluencia es tan escasa que no se hace necesario establecer una medida adicional. «Por la ocupación no tenemos problemas. Hay que tener en cuenta que en un viaje no se suben más de dos o tres personas, así que procuramos que se distribuyan lo suficientemente alejadas para mantener esa distancia social de seguridad», cuenta Francesc Domènech, desde la compañía Transports Públics del Priorat. Lo que sí ha aumentado exponencialmente es la limpieza, ahora mucho más intensa. «Empleamos máquinas de ozono, cada día desinfectamos los vehículos y, además, usamos un sistema de aerosoles para acabar de higienizar más aún. Ya lo utilizábamos pero ahora lo usamos más», cuenta Domènech.
Higienización a fondo
«La limpieza es diaria y mucho más intensa que antes. Mantenemos el mismo servicio pero hay que tener en cuenta que solo hay un 15% de la flota funcionando, así que cada autocar recibe una higienización más a fondo», aclara José María Chavarría, gerente de Hife.
La mayorías de empresas, incluidas las públicas, han implementado estas medidas durante las semanas del estado de alarma. Un ejemplo ha sido la EMT, en Tarragona, que también ha intensificado la limpieza de sus vehículos, ha limitado los aforos y ha establecido un perímetro de protección del conductor. Está por ver si estas intervenciones –e incluso los controles de la autoridad en estaciones– se prolongarán durante la desescalada y pasarán a formar parte de esa nueva normalidad que se vislumbra.
