Los vecinos del Parc Francolí declaran definitivamente la guerra a la Generalitat. Están dispuestos a todo con el fin de paralizar la construcción del nuevo Centre Penitenciari Obert (CPO) en uno de los solares vacíos del barrio. La asociación de vecinos está organizando movilizaciones y otros actos de protesta para este mes de octubre. Y es que no pueden retrasar las acciones. Está previsto que en noviembre empiecen las obras del nuevo equipamiento, que alojará presos en régimen de tercer grado. Actualmente, éstos se encuentran ubicados en la antigua cárcel de la avenida República Argentina.
Los vecinos se oponen totalmente al proyecto porque aseguran que incrementará la inseguridad en el Parc Francolí. «Estamos hablando de una zona donde hay un parque, una guardería y un colegio. No sé yo si es el mejor sitio para construir una cárcel», opina Jordi Miguel, presidente de la Associació de Veïns del Parc Francolí, quien añade que «seguiremos pidiendo la paralización del proyecto, hasta que no nos garanticen una mayor sensación de seguridad en el parque».
Y esto es lo que justo ayer, Jordi Miguel, Siscu Caparrós y Susana Viaño –vecinos del Parc Francolí–, comunicaron a los responsables de los servicios penitenciarios de la Generalitat, durante un tenso encuentro en la antigua cárcel de la avenida República Argentina. El objetivo de la reunión era convencer a los vecinos de la necesidad de trasladar el CPO. «La administración ha insistido en qué el grado de incidencia de un equipamiento como este en el barrio será mínimo. Pero, por otro lado, el representante de los Serveis Socials nos ha dejado claro que la mayoría de internos cuentan con problemas de drogadicción y alcoholismo, y que el índice de reincidencia es más alto del que realmente nos han querido vender», explicaba ayer Miguel, minutos después de salir del encuentro.
El nuevo CPO estará ubicado en el solar de delante de la comandancia de la Guardia Civil. «Estará abierto las 24 horas del día, el tráfico de presos será constante, de día y de noche», añadía otro de los vecinos, Siscu Caparrós, quien decía que la puerta de entrada del equipamiento dará al parque.
Esta es la principal preocupación de los vecinos. «La mayoría de días, el Parc Francolí queda totalmente a oscuras. Ya es inseguro por naturaleza, con la nueva prisión, ya nadie se acercará», opinaba Miguel, quien añadía que «no solo somos los vecinos los que disfrutamos del parque, es toda la ciudad. Hay entidades deportivas que pasan la tarde aquí y, durante el fin de semana, es habitual que las familias vengan a celebrar cumpleaños».
Roser Barrio, otra vecina de la zona, aseguraba que «la sensación de inseguridad será más palpable. Si se construye el nuevo Centre Penitenciari Obert, el parque morirá definitivamente. No saldremos ni a la calle».
Los vecinos tienen claro que es muy difícil paralizar el proyecto, pero insisten en qué lucharán hasta el último momento. «Como mínimo, pedimos que, a cambio de construir el equipamiento, aumenten la seguridad del parque», explicaba Susana Viaño, otra vecina, quien hablaba de más luz, más vigilancia y más infraestructuras, por ejemplo.
Se sienten engañados
«¿De verdad que el Centre Penitenciari Obert es una prioridad para la Generalitat? Cada verano cierran no sé cuántas habitaciones en el Hospital Joan XXIII, y tenemos los juzgados repartidos por toda la ciudad. ¿Seguro que es una prioridad?», se preguntaba Miguel. El pasado mes de julio, la Generalitat de Catalunya ya licitó las obras del equipamiento, con un presupuesto de más de 10 millones de euros. Las obras empezarán en noviembre y la previsión es que, en el 2021, el CPO ya sea una realidad.
Además, los vecinos se sienten engañados. «Hace tres años tuvimos la primera reunión con la Generalitat y nos dijeron que todavía no había ni proyecto ni dinero. Hace un año pedimos información y tampoco nos la dieron porque, según ellos, nosotros no éramos parte implicada. Hoy, sin embargo, nos han reconocido que desde el primer momento había una reserva del dinero. Nos sentimos engañados», decía Barrio.
Manifestaciones
Hace unas semanas, los vecinos del Parc Francolí se reunieron para decidir cómo afrontar las movilizaciones. Se acordaron una serie de acciones, como manifestaciones, concentraciones y pancartas colgadas en los balcones. La próxima semana se concretarán las fechas.
Minutos después de la visita de los vecinos a la antigua prisión, llegaron representantes del Ayuntamientos al lugar. El equipo de gobierno no pudo valorar el encuentro, ya que «nos encontramos ya en período electoral», decían. Por su lado, tanto del PSC como Junts per Tarragona se han mostrado del lado de los vecinos durante la lucha en contra del nuevo CPO.