Los niños tarraconenses pasan menos tiempo al aire libre según crecen

Un exhaustivo diagnóstico estudia los hábitos de los menores de Tarragona, lo que echan de menos en la ciudad y cómo es su estado de ánimo: están contentos pero cansados

12 diciembre 2021 06:40 | Actualizado a 13 diciembre 2021 06:05
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El 63% de los niños tarraconenses de 0 a 5 años juega cada día al aire libre, mientras que entre los 6 y los 11 años el porcentaje baja al 28%. En el caso de los adolescentes (12 a 18 años) ya solo lo hace el 6%. A esas edades la actividad de ocio principal es chatear y estar en redes sociales.

Estos son apenas algunos de los datos de la encuesta que ha encargado el Ayuntamiento de Tarragona como parte de la ‘Diagnosi sobre la situació de l’infància i l’adolescència’ y que era uno de los requisitos para revalidar el reconocimiento de Tarragona como Ciudad Amiga de la Infancia por parte de Unicef. En total se realizaron 1.789 encuestas a familias, así como directamente a niños (6 a 11 años) y adolescentes (12 a 18 años).

El cuestionario pregunta sobre aspectos muy variados, desde hábitos de alimentación, actividad física o tiempo libre, hasta su estado de ánimo, aspectos que mejorarían de la ciudad o el grado de participación en actividades de la comunidad.

Más hábitos que empeoran

Respecto a los hábitos, llama la atención, por ejemplo, que la inmensa mayoría de los niños come en el comedor, bien cada día o alternativamente con su casa. No obstante, la mayoría, el 63%, preferiría comer en casa. Solo el 5% dice que le gusta más comer en la escuela.

Los hábitos de consumo de frutas y verduras también van cambiando con la edad. Si el 75% de los niños de 0 a 5 comen fruta a diario, entre los de 6 y los 11 solo lo hace el 54%. Entre los adolescentes son el 39%.

Otros hábitos, por contra, aumentan con la edad, como el consumo de pantallas. En las encuestas a las familias destaca que el 43% de los adolescentes pasa más de tres horas al día con los dispositivos.

Estado de ánimo positivo

El estado de ánimo también va cambiando con la edad, pero cuando se pregunta a los niños y adolescentes directamente la gran mayoría (el 90% de los primeros y el 84% de los segundos) dice sentirse contento con frecuencia.

Por contra, también es llamativo que el 72% de los adolescentes dice sentirse cansado frecuentemente y la mitad de los niños, el 52%, también.

Con todo, la mayor parte de las respuestas que tienen que ver con las relaciones con los amigos, la familia o la escuela tienen respuestas positivas. Eso sí, la percepción que tienen de la confianza con sus docentes o si les ayudarían en caso de problemas, empeora con los años.

También va cambiando la relación con los padres. El principal motivo de conversación es cómo les va en la escuela o el instituto, pero mientras el 75% de los niños habla con sus padres de sus preocupaciones, entre los adolescentes solo lo hace el 53%.

Percepción de inseguridad

En la encuesta también se introdujeron aspectos como lo que echan de menos en la ciudad. En el caso de las familias el aspecto que sale peor valorado son las actividades de ocio para niños y adolescentes (ver gráfico adjunto). Cuando se pregunta por otros aspectos concretos, como la seguridad ciudadana, el resultado empeora claramente. A este aspecto le dan un 2,5 sobre 10. También son muy críticos con la accesibilidad y las barreras arquitectónicas (2,4).

Entre niños también hay la percepción de que en su barrio faltan parques, zonas de juego y zonas verdes. Los adolescentes agregan a la lista pistas deportivas. En el caso de estos últimos la mayoría se sienten seguros en su barrio pese a que el 37% no querría vivir en la ciudad cuando sea mayor.

La participación en entidades comunitarias es escasa, aunque destaca que el 24% ha hecho actividades con el Club dels Tarraconins. La mayoría reconoce, además, que no está informado de las actividades que se organizan en la ciudad para su edad.

Un diagnóstico necesario

A la encuesta hay que sumar el diagnóstico realizado por el Consell Municipal d’Infants, en el que participan 1.954 alumnos de 24 centros educativos, 30 técnicos de 19 departamentos del Ayuntamiento y la Taula de la Infància y l’Adolescència, en la que trabajan desde entidades sociales hasta centros de salud de la ciudad, tal como explica Maria Rosa Nevado, técnica responsable del Pla d’Infància i Adolescència de la ciudad por parte del Institut Municipal d’Educació, IMET.

El diagnóstico fue la base para elaborar el plan 2021-2025 que fue aprobado recientemente por el pleno municipal que contempla unas 300 acciones y que será objeto de otro reportaje.

Manel Castaño, concejal de educación y presidente del IMET, apunta que la información que ofrece el diagnóstico es muy valiosa para la gestión municipal. «Damos mucha trascendencia a aspectos como la limpieza de la ciudad o el urbanismo, pero también deberíamos estar hablando de las necesidades de los niños», apunta.

En el caso de la percepción de inseguridad de las familias, considera que puede haber un efecto multiplicador debido a las redes sociales, aunque señala que «si hay esta percepción hay que abordarla y ver qué hay detrás».

En lo referente a las actividades de ocio, reconoce que no se trata solo de programarlas, sino de que las familias y los propios niños se enteren: «Tenemos mucho desconocimiento de los servicios sociales y educativos de la ciudad».

En este aspecto, explica, se está trabajando en un gran repositorio donde se puedan consultar todas las actividades que se desarrollan en la ciudad no solo por parte de todos los departamentos municipales, sino también las organizadas por entidades y por otras administraciones. La idea, además, es aprovechar la relación de las escuelas e institutos con las familias para conseguir una mayor difusión y participación.

La intención, explica, no es solo contar con más espacios, sino dinamizar plazas y parques con actividades educativas. Y pone el ejemplo de las que se han estado realizando en las últimas semanas en el programa Emociona’t que ha repartido actividades por toda la ciudad.

Buena valoración de Unicef

Rosa Nevado explica por su parte que además de este diagnóstico la ciudad debe cumplir con una serie de indicadores para ser considerada amiga de la infancia. Por su tamaño (más de 100.000 habitantes) debía cumplir con 40 criterios objetivos y ha obtenido 77. «Fue una sorpresa, son indicadores concretos como el porcentaje de familias que tienen acceso a una beca comedor, actuaciones en favor de colectivos vulnerables o actividades culturales para ciertas edades», explica, mientras coincide con Castaño en las dificultades de difusión y participación.

Finalmente Nevado y Castaño apuntan que el plan, que se colgará en la web del IMET próximamente, es un documento público, por lo que invitan a la ciudadanía a revisarlo. Además, por requerimiento de UNICEF hay que rendir cuentas cada año.

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