Los agentes de los Mossos d’Esquadra que consiguieron neutralizar a tiros al pistolero que se atrincheró el 14 de diciembre del año pasado en Riudoms han asegurado al juez que lo tirotearon, apuntándole a las piernas, para repeler los tiros con los que el hombre respondió a su orden para que depusiera su actitud.
Cinco Mossos han comparecido este lunes como testigos ante el juzgado de instrucción número 5 de Tarragona. Entre ellos, dos de los integrantes del Grupo Especial de Intervención (GEI), los cuales consiguieron reducir a tiros al hombre, que se había atrincherado en una masía de Riudoms después de herir con arma de fuego a tres excompañeros suyos en las oficinas de Securitas en Tarragona y a un agente de la policía autonómica.
Uno de los mossos del GEI ha explicado al juez que decidió disparar contra el hombre atrincherado, Eugen M.S., de 45 años de edad, después de que este efectuara un tiro en su contra, que no le llegó a tocar.
El testigo ha precisado que vio que como el hombre atrincherado se agachaba y que creía que estaba abatido, pero que de repente el pistolero le disparó, momento en el cual él respondió con un tiro, y después lo vio caer detrás de unos matorrales.
Además, ha explicado que si bien en la casa no encontraron explosivos, sí que hallaron unos bidones con cuerdas. Les dio la sensación de que podía tratarse de algún tipo de trampa.
En la misma línea, otro agente del GEI ha declarado que, después de que sus compañeros llevaran a cabo una maniobra de distracción para que ellos se pudieran acercar al objetivo, se identificaron y ordenaron al pistolero que depusiera su actitud, si bien el hombre se giró y empezó a disparar a los policías.
Fue entonces cuando los agentes del GEI que le rodeaban intentaron repeler su ataque y le dispararon -uno de los agentes que ha declarado ha detallado que él disparó 19 balas-, después de que un grupo de mossos que iba en un vehículo blindado se acercó y vio que estaba herido.
Otro agente que también ha declarado hoy ha detallado al juez, según las fuentes, que él efectuó un tiro contra un muro de hormigón porque vio que el pistolero disparaba hacia sus compañeros y que decidió utilizar su arma de fuego para ver si así conseguía que el hombre depusiera su actitud.
El pistolero, extrabajador de una empresa de seguridad, disparó el pasado 14 de diciembre a tres excompañeros de trabajo en la sucursal de Tarragona y, casi una hora después, a un agente de una patrulla de paisano de los Mossos que intentó detenerlo en una rotonda de la T-11, en Reus, y que está representado en la causa por el abogado José Antonio Bitos, del sindicato USPAC.
Un testigo alertó que el pistolero se había escondido en una masía abandonada próxima y, después de un intento fallido de negociación -dos de los agentes del equipo de negociadores también han atestiguado este lunes-, se produjo un tiroteo con agentes del GEI, que consiguieron detenerlo.
El pistolero, que tenía licencia de armas cortas al ser socio de un club de tiro, se atrincheró en la masía abandonada de Riudoms con un fusil de mira telescópica y un chaleco antibalas hasta que fue neutralizado por los GEI.
La causa contra el pistolero está abierta por los delitos de tentativa de homicidio, tenencia ilícita de armas y atentado contra agentes de la autoridad.