En el pasado mandato, con Pau Ricomà (ERC) en la alcaldía y Jordi Fortuny en la EMT, la gran apuesta de aquel gobierno municipal fue la «renovación» de los buses de la Empresa Municipal de Transports mediante el hidrógeno. Ni eléctricos ni híbridos. Hidrógeno. Por ello, a mediados del 2022, el ejecutivo entonces formado por Esquerra, Junts per Tarragona y CUP anunció el plan para comprar 35 vehículos propulsados con esta energía, en una inversión que pretendía ser de más de 38 millones de euros, contando el mantenimiento.
Antes, el Ayuntamiento adquirió los tres primeros buses de esta propulsión. Comportaron un gasto de 2,4 millones de euros, de los cuales 600.000 se financiaron con fondos europeos Next Generation. Según fuentes de ERC, en la operación de los tres primeros buses se incluyó «el mantenimiento durante 14 años», mientras que en la de los otros 35 se estipulaban «14 años de mantenimiento y suministro de hidrógeno», aparte «de abonar los 38 millones en 14 años».
Un año en servicio
Con todo ello, los primeros vehículos de cero emisiones llegaron a la ciudad en noviembre del 2023 –ya con Rubén Viñuales (PSC) en la alcaldía y Sonia Orts en la EMT– para que estos se incorporaran a la flota ordinaria a principios del 2024. Tras un año de funcionamiento, sin embargo, el plan de cero emisiones no funciona como se esperaba. Ni de lejos.
Así lo reconoce el gobierno del PSC en una respuesta por escrito tras una pregunta presentada por el grupo municipal de En Comú Podem en la que se cuestionaba: ¿Por qué los buses de hidrógeno solo operan por la mañana y no durante todo el día?
«Estos autobuses operan tanto por la mañana como por la tarde, pero no durante toda la jornada seguida. Repostan al mediodía. Esta situación se debe a que la hidrogenera portátil provisional disponible en las instalaciones solo permite una carga parcial de los vehículos. Inicialmente, cuando el sistema está lleno, se logra llenar el 50% del depósito», afirma el ejecutivo.
Desde la EMT se detalla que «estamos a la espera de que Carburos Metálicos finalice la instalación de una nueva hidrogenera en el Polígon Riuclar. Una vez esté operativa, esta infraestructura permitirá cargar los autobuses al 100%». A partir de ese momento ya podrán cubrir todo el día.
Tras recibir la contestación, Jordi Collado (ECP) considera que «necesitamos una movilidad sostenible, con responsabilidad. No podemos permitir que el transporte público de Tarragona se convierta en un campo de pruebas pagado con dinero público». El edil de los Comuns añade que «los autobuses de hidrógeno que se compraron cuestan un 50% más que uno eléctrico, y hoy no pueden ni siquiera operar una jornada completa. Es necesario planificar y evitar ocurrencias políticas de un señor desde un despacho».
Con todo ello, como también han hecho Montpellier y Córdoba, el ejecutivo del PSC ha renunciado al plan de los 35 vehículos por 38 millones. En vez de ello, la nueva apuesta es invertir diez millones en 30 vehículos híbridos para tener la mitad de la flota renovada en 2027, tirando de esta manera el hidrógeno a la papelera de la historia de la Plaça de la Font.