Rebozar el boquerón con harina de garbanzo, freírlo con el aceite bien caliente y añadirle una pizca de sal. Esta es la sencilla y riquísima receta que ayer enamoró a todos los que decidieron bajar a pasar el mediodía al Serrallo. La asociación de vecinos del barrio organizó la fiesta de la primavera y el protagonista indiscutible fue el boquerón. La entidad logró la manera de promocionar el pescado azul con una fiesta como excusa.
«Consumir pescado azul es garantía de una alimentación saludable», aseguraba Agustí Rillo, presidente del Peix Blau de Tarragona, quien añadía que «la grasa presente en el boquerón es rica en ácidos grasos omega-3, que contribuyen a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos». Un manjar made in Serrallo que ayer se pudo degustar. Rillo explicaba que, hoy en día, muchos jóvenes no suelen comprar este tipo de pescado porque «no lo saben cocinar».
Es el ejemplo de Luis y Tina, una pareja de Sant Pere i Sant Pau, que no quisieron perderse la cita. «Aquí no dan patatas bravas, nos ofrecen pescado. No lo habíamos probado nunca y nos ha encantado», decían, mientras bailaban al ritmo de la música de DJ Rayo. Y justo esta era una de las intenciones de la Associació de Veïns del Serrallo. «Lo importante es que la gente conozca el boquerón, sus beneficios para la salud y que vean que se puede hacer rápido y de manera fácil», explicaba David Martín, presidente de la entidad vecinal.
Carolina Sánchez y su grupo de amigos no se lo perdieron. «Siempre que hacen actos y fiestas venimos. Nos gusta el ambiente. Y más ahora, que llega el verano, empiezan los vermuts y conciertos y ya no nos tenemos que poner la mascarilla», explicaba Sánchez.
Una mala temporada
Para los pescadores del cerco –los que capturan pescado azul–, lo de ayer fue una bocanada de aire fresco. «Es obligación de la asociación de vecinos estar al lado del barrio y de los diferentes agentes que lo conforman. Sobre todo, dando apoyo a un sector que está sufriendo mucho, y desde hace mucho tiempo», explicaba Martín.
Y es que los pescadores que van al boquerón y a la sardina lo está pasando muy mal. Viven una de las peores temporadas de la historia. «No encontramos pescado. Los atunes se lo están comiendo todo, y llegamos a puerto sin apenas género. Es un desespero constante», explica Rillo, quien ha dedicado toda su vida a la mar. «Si seguimos así nos tocará amarrar las embarcaciones de manera definitiva. Llevamos dos meses sin ganar un duro», decía.
El sector está muy tocado desde hace muchos años. Llevan tiempo pidiendo estudios que consigan determinar cuál es el motivo de que haya tan pocas capturas. «Antes, cada embarcación cogía 300 cajas de 10 y 12 kilos por barca. Ahora, entre todas, no llegamos a esta cantidad», comentaba ayer Rillo, quien añadía que «esta es una de las peores temporadas que recordamos. Acabaremos muriéndonos de hambre». Actualmente, en el puerto de Tarragona hay ocho embarcaciones del cerco, dos de ellas de L’Ametlla de Mar y otra de Cambrils.
Pero ayer, el sufrimiento consiguió esfumarse por unos minutos, entre la música, el buen tiempo y el ambiente festivo, bajo la pérgola del Serrallo. Los pescadores, orgullosos, mostraban el producto que traen día tras día a las paradas del mercado y a nuestras casas.
«Es obligación de la asociación de vecinos estar al lado de los agentes que conforman el barrio. Y, sobre todo, si es un sector que lo está pasando mal»
David Martín