Los pescadores piden a gritos que los ayuntamientos den la cara por el sector y empiecen a posicionarse. «El fin de nuestro oficio no solo nos afecta a nosotros como profesionales, también perjudica a pescaderías, a la restauración y al consumidor, es decir, a la ciudadanía», aseguran desde la Confraria de Pescadors de Tarragona.
Por su parte, el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, aseguraba ayer que «la propuesta de la Comisión Europea de reducir los días de pesca es una condena de muerte para el sector pesquero y, en concreto, para las embarcaciones del arrastre». Viñuales definía como «un auténtico despropósito» la medida y añadía que «desde el gobierno municipal de Tarragona nos oponemos con todas las fuerzas. No se puede permitir que esta resolución tire adelante».
Por otro lado, el alcalde de Cambrils, Alfredo Clúa, explicaba que «se trata de una propuesta desproporcionada, que no deja margen a la negociación». Clúa insistía en que «como no puede ser de otra manera, mostramos todo nuestro apoyo al sector del arrastre de Cambrils».
«Es un abuso»
El alcalde de La Ràpita, Javier Reverté, se muestra tajante: «esto es un abuso de la Unión Europea que no se puede consentir y los pescadores tendrán en todo momento al lado al Ayuntamiento». Según remarca, la pesca de arrastre es más que un actividad para La Ràpita, «son nuestras raíces, nuestra identidad, nuestra forma de vida durante décadas». Actualmente hay en el puerto local un total de 31 barcos de arrastre en activo, cuatro menos que el año pasado.
Para Reverté, quién haya redactado esta norma en Bruselas «desconoce absolutamente el mundo del mar y la pesca». Sostiene que hay elementos más problemáticos que están afectando a los recursos pesqueros, como el cambio climático o la presencia de plásticos, y reclama que se centren los esfuerzos en mejorar las embarcaciones y hacerlas más sostenibles. «Los pescadores son los primeros interesados en mantener el medio marino, porque es la fuente de sus ingresos», afirma.
La alcaldesa de L’Ametlla de Mar, Eva el Amo, también da pleno apoyo y se pone a disposición de los pescadores. «Si se hace efectiva esta medida, supondrá la muerte del sector», afirma. «Es una normativa hecha desde el desconocimiento y de espaldas a la realidad», recalca. «Una reducción tan drástica de los días de trabajo no es viable para ninguna actividad o empresa». Según recuerda, desde hace años los pescadores están viendo como se les imponen restricciones, «pero esto es una sentencia de muerte».
¿Garantizar el relevo?
Desde las administraciones, tanto la autonómica como la municipal, llevan años trabajando en fomentar el relevo generacional para las embarcaciones de la ciudad. Ponen esfuerzos y recursos para que el sector primario, y en concreto la pesca, no llegue a su fin. «No entendemos que se destinen tantos recursos a buscar relevo, cuando la UE nos quiere aniquilar en cuestión de meses», decían ayer en la Confraria.