Un total de 25 personas de localidades tarraconenses explican cómo es la vida en lugares de especial complejidad: la erosión emocional, el miedo a la enfermedad, la indignación con la gestión política, la preocupación por la situación en los centros sanitarios o la desesperación por haber perdido el trabajo son sentimientos que transitan por estos ciudadanos, en algunos casos trabajadores esenciales.
Son empresarios, autónomos, emprendedores, estudiantes, deportistas o desempleados de lugares como Tarragona, Reus, Sant Carles de la Ràpita, Mont-roig del Camp, Tortosa, El Vendrell, Prades o Valls.
Laura Lirón. Vecina de la Pobla de Montornès
Laura vive en la Pobla de Montornès con su marido y sus dos hijos, uno de ellos confinado en casa después de detectarse un positivo en la aula.
«Estos últimos días nos hemos enterado de positivos en diferentes familias del pueblo. En la calle se percibe más incertidumbre que hace seis meses y creo que se debe a que entonces no surgían tantos casos en el pueblo y sus alrededores y la confusión que genera el estado de alarma. Estamos especialmente preocupados por la incidencia del virus en las personas más vulnerables, ya que en la Pobla de Montornès reside mucha gente de la tercera edad».