Las calles de Tarragona han recuperado este Tots Sants las paradas de cocción y venta de castañas tras dos años de pandemia en los que no ha sido posible por las restricciones. La última vez que las diferentes entidades, asociaciones y colegios montaron sus puestos fue en 2019. En 2020 fue imposible por la crisis sanitaria y el año pasado el consistorio tampoco sacó el concurso para solicitar la instalación de la parada por la incertidumbre y las constantes limitaciones. No obstante, hubo tres entidades que finalmente colocaron su tenderete.
Sin embargo, este 2022 ha sido el año de la vuelta a la normalidad total. El Ayuntamiento puso a disposición una serie de espacios para que centros docentes y de educación especial, entidades y alumnos con la autorización correspondiente de su centro, pudieran vender castañas. Después del proceso de presentación de instancias, 12 solicitudes correctamente presentadas para optar a una de las ubicaciones aprobadas obtuvieron el permiso respetando el riguroso orden de admisión y anotación y las opciones de ubicación escogidas. El permiso de las 12 paradas de castañas tiene vigencia desde el pasado miércoles y hasta el próximo 6 de noviembre y la actividad se puede llevar a cabo de 10 a 21 h.
Los alumnos de sexto de primaria de al Escola Tarragona son uno de los 12 grupos que vende castañas durante estos días. Su puesto está ubicado justo enfrente del Hospital Joan XXIII de Tarragona y quieren destinar los beneficios a su viaje de fin de curso. «Nos gustaría hacer kayak y actividades de aventura», señalaban Gerard, Sofía, Carla y Júlia, justo cuando llegaban de dar una vuelta por la zona con cestos llenos de castañas para buscar compradores. «Preguntamos a la gente si quieren castañas calentitas, y hemos vendido bastantes, aunque la mayoría de gente solo puede pagar con tarjeta y solo cobramos en efectivo». Laura Rufí, una de las madres que ayuda a los alumnos, explicaba que este tipo de acciones «sirven para que ellos cojan conciencia de que las colonias cuestan dinero y que es una forma de que colaboren».
Paquita y Josepa son dos vecinas de Reus que ayer por la tarde habían bajado a «pasear y hacer gasto por Tarragona», y aprovecharon para comprar castañas en el puesto de la Escola Tarragona en Joan XXIII. «Aunque haga menos frío que otros años entran igual de bien», reconocían.
Delante del Corte Inglés, Laura Isuar, monitora del Esplai La Grapadora, explicaba que «se están vendiendo bastante bien y el calor no afecta, nos preocupaba el tema de la temperatura pero la gente nos dice que las tradiciones prevalen al hecho que haga calor o frío». Lo que sí ha afectado un poco a la venta de castañas es la inflación. De hecho, Ariadna López, Carla Anguera y Katerina González, del Cau Alverna, aseguraban que este año las castañas han salido más caras y que ya han tenido que bajar los precios un par de veces en pocos días para vender más.