Estás con los cascos, así que cuando se te sale una carcajada en medio de la redacción te entra el complejo: no es fácil saber si tus compañeros se han percatado. A ver si con los tiempos que corren alguien se va a pensar que no estás trabajando...
Esta es una de esas escenas insólitas que deja esta Santa Tecla de la Covid-19. Este año en lugar de ver los Balls Parlats en el barullo de la plaza los terminas mirando en You Tube.
Y no, no es lo mismo (aunque el vídeo da la ventaja de poder retroceder si te has perdido algo) porque no hay con quién comentar, ni puedes contagiarte con la risa o el asombro de los otros.
Pero, pese a todo, y con un esfuerzo difícil de imaginar, las entidades han conseguido sacar adelante sus bailes, aunque en algún momento ni siquiera sabían si los iban a poder representar. Así lo reconoce Azahara Palomares, presidenta del Ball de Serrallonga. Este año los parlamentos se hacían «sí o sí», y si no se podía representar el baile en la calle, como finalmente sucedió, estaban dispuestos a grabarse aunque fuera con sus teléfonos móviles.
Al final la solución que aportó el Ayuntamiento de Tarragona fue registrar los bailes para luego emitirlos a través de TAC 12 y colgarlos en YouTube.
Escribir por videollamada
Igual que pasó con el resto de la vida, el confinamiento trastocó todos los planes, así que, como explica Daniel Montero, presidente del Ball de Diables de Tarragona, les tocó escribir los versos sin reunirse en persona. «Terminamos escribiendo entre llamadas y videollamadas», relata. Eso sí, la sátira sigue allí, porque, como aclara entre risas, «los diablos no nos podemos ablandar, representamos la opinión de muchas personas de la ciudad... Hay que meter caña».
Y aunque por momentos parezca que no tienen filtros, asegura que hay líneas rojas que se han autoimpuesto, como no hablar de la vida privada de las personas.
Sin poder reunirse en los locales, los grupos tampoco las tuvieron todas consigo para ensayar. Palomares reconoce que como la productora necesitaba grabar con cierto tiempo para poder editar los vídeos, les tocó correr más que nunca. «Ha sido estresante», recuerda.
Pero, al final, ha salido todo, y los bandoleros hasta pudieron disparar sus trabucos para la grabación gracias a que Ayuntamiento y Subdelegación aceleraron unos permisos que suelen tardar días y sin los cuales no puede comprarse ni la pólvora.
Humor sin piedad
Pero, hechas todas las salvedades, el maratón de Balls Parlats por YouTube deja buen sabor de boca. Como es costumbre, Dames y Vells, que ayer por la tarde llevaba más de 5.000 visualizaciones, no deja títere con cabeza. Se meten igual con Miguel Bosé y el Rey emérito que con Ricomà, aunque le presentaran como alguien tan dulce que a su lado «hasta Gandhi parece una poligonera».
Los Diables tampoco se cortan. El formato de vídeo les ha permitido ciertas licencias, como salir con su perro, al que sospechosamente han bautizado como ‘Pep Fèlix’. Lo mismo traen a cuento a Santiago Abascal que los problemas de la Part Alta que, aseguran, vuelve a ser «la misma de antes con sus putas, sus yonquis, sus ladrones y ocupas».
El Ball de Serrallonga repasa las desgracias de un virus que no pilla a todos por igual y que encuentra a los niños apelotonados en la escuela a la par que recibe a los turistas con los brazos abiertos.
Y la cosa no acaba aquí, hay para hacer más de una maratón de vídeos, porque también pueden verse el Ball de Pastorets, el de Gitanes, el de Sebastiana del Castillo, así como todos los Balls Parlats Petits.