El 15 de abril de 2018 cerraba sus puertas la sede del Museu Nacional Arqueològic de Tarragona (MNAT) en la Plaça del Rei. Empezaba de esta forma un ambicioso y necesario proceso de rehabilitación y mejora, tanto de las instalaciones como de la museografía, que debía permitir adecuar el museo a las necesidades del siglo XXI.
En aquellos momentos la previsión era que el espacio permanecería cerrado durante un periodo de cuatro años, tiempo en el que una parte de la colección seguiría siendo visitable en la sede provisional del Moll de Costa. Sin embargo, el museo no reabrió en 2022, tampoco lo hará este 2023 –como decía un cartel que se colgó durante un tiempo en la fachada de las instalaciones– y no está seguro que el año que viene pueda hacerlo. Ahora mismo, según el Departament de Cultura de la Generalitat, la nueva fecha en el calendario es «finales de 2024» o «principios de 2025».
El departamento que lidera Natàlia Garriga reconoce que ha habido «alguna demora» y la atribuye a la «complejidad» y al «alcance» del proyecto que se está ejecutando, y que en su conjunto comportará una inversión de más de 5,5 millones de euros.
Desde que acabó la parte de obras en el interior del museo, no ha habido movimiento en las instalaciones de la Part Alta. Pese a ello, todavía no ha finalizado la parte correspondiente a la reforma estructural. Falta la reparación de la fachada y de la cornisa, que se prevé que se licite a lo largo de este año. Inicialmente estaba previsto que esta parte se ejecutara el año pasado, pero por causas que se desconocen el Estado todavía no ha empezado con esta parte, que es la última que le corresponde como titular de las instalaciones.
En paralelo, se sigue trabajando en la tramitación de la licitación para la segunda fase del proyecto, que es la que corresponde a la museización, producciones y montaje. En este caso, es la Generalitat quien está al frente de la intervención y en los presupuestos de la administración autonómica que aprobó el pleno del Parlament de ayer se incluía una partida de 687.924 euros para dicho efecto. Sin embargo, este no se impulsará hasta que estén acabadas definitivamente las obras.
El proyecto con el que se está trabajando prevé el uso de recursos tecnológicos para presentar y explicar mejor las colecciones, de forma que tanto los visitantes como los propios tarraconenses puedan conocer mejor el pasado de la ciudad.
La tercera pata de esta reforma es la que hace referencia a la restauración de las colecciones. Y, en este sentido, la directora del MNAT, Mònica Borrell, aseguraba hace unos días que en diciembre del año pasado se acabó la intervención que se hizo en el Mosaic dels Peixos, una de las piezas clave, mientras que este 2023 se abordará otra de las joyas de la colección, como es el Mosaic de la Medusa.
El conjunto de estas intervenciones debe permitir que cuando el MNAT vuelva a reabrir sus puertas, lo haga en condiciones, teniendo en cuenta que en su anterior etapa no era así. Y es que el edificio, obra del arquitecto Francisco Monravà Soler, prácticamente estaba en las mismas condiciones que cuando se inauguró en 1960.
Ahora se ha instalado un nuevo sistema de climatización y aislamiento y el edificio se ha adaptado a la normativa vigente en materia de seguridad, contra incendios y accesibilidad, ya que esta era otra de las cuestiones pendientes.