Hasta ahora habían levantado su voz a través de las redes sociales y en pequeño colectivo, sin embargo, la plataforma Stop Creuers ha iniciado una nueva etapa para seguir sumando apoyos y ampliar de esta forma el colectivo de vecinos contrarios a la actividad crucerista del Port de Tarragona. Muestra de ello fue la primera asamblea abierta que se celebró ayer por la tarde en la Plaça de Dames i Vells de la Part Alta, que reunió a una quincena de personas.
«Vemos como en zonas turísticas como puede ser la Part Alta y el Serrallo, en las que vive gente, de repente empiezan a desaparecer los servicios y el tejido de barrio», lamentaba Misael Alerm, portavoz de la plataforma. Aseguran que este es un modelo turístico «depredador» que poco a poco acaba con el comercio de las zonas más visitadas, lo que acaba «expulsando» a los vecinos. Asimismo, que el gasto que hacen estos cruceristas es «irrisorio».
La plataforma teme que el hecho de que Barcelona esté limitando esta actividad supondrá la llegada de más cruceros a Tarragona. Por este motivo se centra en denunciar los problemas económicos, ecológicos y sociales que puede comportar en un futuro esta actividad.
Stop Creuers tiene previsto nuevas acciones de movilización para los días 7 y 10 de octubre, cuando está previsto que lleguen a la ciudad dos de los cruceros más grandes que atracarán esta temporada, con más de 3.000 personas.