Los turistas buscan sol y playa. Y los extranjeros que finalmente, por un motivo u otro, deciden comprarse una vivienda en España, lo hacen mayoritariamente en la costa del Mediterráneo.
Las cifras hablan del porcentaje de viviendas compradas por parte de extranjeros respecto al total en cada región en el segundo trimestre de este 2022, y Tarragona ocupa el último puesto del Top 10. Por delante tiene a Castelló, Murcia, Almería, Girona, Las Palmas, Málaga, las Illes Balears, Santa Cruz de Tenerife y, en lo más alto, Alacant.
Con un 13,74% de inmuebles adquiridos por extranjeros entre abril y junio de este año, y con una acumulado del 13,46% desde el segundo trimestre de 2021, Tarragona recupera las cifras prepandemia, después de que el año siguiente al confinamiento tan solo se lograra un 11,09%.
Según las cifras del Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España, a nivel estatal se ha conseguido que un 14,66% de las compras de viviendas las hayan realizado extranjeros, la cifra más alta de la serie, de los últimos 10 años. «La favorable evolución de la demanda extranjera se constata al comprobar cómo el porcentaje de compra por extranjeros acumula su quinto trimestre consecutivo de crecimiento, siendo especialmente relevante en un periodo con un elevado número de compraventas de vivienda en términos absolutos», señala el Colegio de Registadores en el informe, en el que añaden que «durante los últimos años, los niveles máximos se habían situado normalmente por encima del 13%, sin llegar a las cotas alcanzadas en el último trimestre, que constituyen un marco de actividad especialmente intenso en relación a la demanda extranjera».
El sector inmobiliario de Tarragona confirma lo que ya aseguran las cifras, y es que han notado una mayor actividad en la adquisición de viviendas por parte de foráneos. Cesar Calatayud, miembro de la junta del Colegio Oficial Agentes Propiedad Inmobiliaria de Tarragona (COAPI) y propietario de Finques Cesar, explica que «hemos notado que vuelve a haber nuevos propietarios extranjeros, hay movimiento».
Por un lado, Calatayud sostiene que «la gente no solo compra un inmueble, sino que compra playa, sol y buena temperatura. Tarragona, en esto, tiene mucho potencial», y comenta que los municipios de costa son los que tienen más demanda. Paralelamente, el agente inmobiliario habla de dos perfiles diferentes de extranjeros que compran una vivienda en Tarragona. «Está la gente que emigra aquí y vive de alquiler hasta que se acaba asentando y entonces compra un inmueble, y gente que viene de vacaciones, les gusta la provincia, y acaban comprando una segunda residencia, y es que para según qué poderes adquisitivos Tarragona es barata», señala Calatayud.
Más allá de esto, el empresario del sector asegura que ahora «muchas de las compras no son para vivir en el inmueble, si no que vemos que son inversiones en patrimonio inmobiliario, de la que sacan una rentabilidad que puede servir para pagar parte de la hipoteca». No obstante, Calatayud piensa que esta tendencia ahora puede frenarse debido al incremento del precio de las hipotecas.
También coincide en que muchos extranjeros están apostando por invertir en vivienda es Sergio Mussari, propietario de M&C Gestión Inmobiliaria de Salou y agente de la propiedad inmobiliaria de Tarragona. «Lo que está pasando en estos últimos meses es que, en un contexto económico de inflación, el dinero no rinde en el banco, con lo que se invierte en bienes, en este caso inmobiliarios, para obtener una rentabilidad», explica Mussari. Sobre esto, y con una clientela mayoritariamente francesa, el empresario de Salou, destaca que «el contexto es muy parecido en Francia pero los precios para este tipo de inversiones son inferiores aquí en España».
En cuanto al tipo de clientes con los que trabaja Mussari, cuenta que está el matrimonio jubilado del norte de Francia y de Europa que compran una segunda residencia para pasar el invierno aquí, «donde no hace tanto frío y el gasto energético será menor» y que la alquilan en verano para sacar una rentabilidad y, por otro lado, el netamente inversor, en el que entran tanto extranjeros como españoles.
A todo esto, otro agente inmobiliario de Salou, José Manuel Gonzálvez, habla de la existencia de otro tipo de cliente durante los últimos meses, y es el que escapa de la guerra de Ucrania. «Hace unos días vendimos una casa a una familia de Bielorrusia. Viene mucha gente por miedo a que les puedan alistar», dice Gonzálvez. Sobre esto, el Colegio de Registradores señala que «dentro de las dieciocho primeras nacionalidades los mayores crecimientos se han registrado en polacos (0,75 pp) y ucranianos (0,42 pp), constatando el efecto derivado de la situación bélica.